Pregunta: "¿Reinará David con Jesús en el Reino del Milenio?"
Respuesta:
Después de la Tribulación y la Batalla de Armagedón, Jesús establecerá Su Reino de 1.000 años en la tierra. En Jeremías 30, Dios promete a Israel que el yugo de la opresión extranjera será quebrado para siempre, y en cambio "servirán al Señor su Dios y a David su rey, a quien yo les levantaré" (versículo 9). Hablando del mismo tiempo, Dios dice por medio del profeta Ezequiel: "Mi siervo David será rey sobre ellos, y todos ellos tendrán un solo pastor; y andarán en mis preceptos, y mis estatutos guardarán, y los pondrán por obra" (Ezequiel 37:24). A partir de las profecías de Jeremías y Ezequiel, algunos han llegado a la conclusión de que el Rey David resucitará durante el Milenio y se instalará como un corregente sobre Israel, gobernando el Reino con Jesucristo.
Las profecías de Jeremías y Ezequiel se deberían entender de esta manera: los judíos regresarían un día a su país, su yugo de esclavitud sería quitado, su comunión con Dios sería restaurada, y Dios les daría un Rey de Su propia elección. Este Rey sería, de alguna manera, parecido al Rey David del pasado. Estos pasajes no pueden referirse a nada menos que al tan esperado Mesías, el "Siervo del Señor" (cf. Isaías 42:1). Los judíos a veces se referían al Mesías como "David" porque se sabía que el Mesías vendría del linaje de David. El Nuevo Testamento con frecuencia se refiere a Jesús como el "Hijo de David" (Mateo 15:22; Marcos 10:47).
Además de ser el Hijo de David, hay otras razones por las que al Mesías se le llama "David". El Rey David en el Antiguo Testamento era un hombre conforme al corazón de Dios (Hechos 13:22), era un rey que no era probable que Dios eligiera y el Espíritu de Dios estaba sobre él (1 Samuel 16:12-13). Por lo tanto, David es un tipo de Cristo (un tipo es una persona que prefigura a otra persona). Otro ejemplo de este tipo de tipología es Elías, cuyo ministerio prefiguró el de Juan el Bautista hasta el punto de que Malaquías llamó a Juan "Elías" (Malaquías 4:5; véase Lucas 1:17; Marcos 9:11-13).
David resucitará al principio del Milenio, junto con todos los demás santos del Antiguo Testamento. Y David será uno de los que reine con Jesús en el Reino (Daniel 7:27). Sin embargo, todos los creyentes gobernarán las naciones (Apocalipsis 2:26-27; 20:4) y juzgarán al mundo (1 Corintios 6:2). El apóstol Pedro llama a los cristianos "linaje escogido, real sacerdocio, nación santa" (1 Pedro 2:9). En Apocalipsis 3:21, Jesús habla del creyente que vence, "le daré que se siente conmigo en mi trono". En cierto sentido, entonces, los cristianos compartirán la autoridad con Cristo (cf. Efesios 2:6). Hay algunas evidencias bíblicas, como en la Parábola de las Diez Minas (Lucas 19:11-27), de que a los individuos se les dará más o menos autoridad en el Reino según la forma en que manejen las responsabilidades que Dios les ha dado en este tiempo (Lucas 19:17).
Jesús es el Rey de reyes (Apocalipsis 19:16). Humanamente hablando, Jesús es de la dinastía davídica; pero en poder, en gloria, en justicia y en cualquier otro aspecto, se le llama correctamente el Gran David. "Y el principado sobre su hombro" (Isaías 9:6). El Antiguo y el Nuevo Testamento revelan que el futuro Rey durante el milenio y toda la eternidad es Jesucristo y sólo Él (Jeremías 23:5; Isaías 9:7; 33:22; Apocalipsis 17:14; 1 Timoteo 6:15).