Respuesta:
La revelación en teología se refiere a la información que viene de Dios para revelar la verdad sobre sí mismo o sobre nosotros mismos y el mundo que nos rodea. La revelación se divide entonces en dos clases: la revelación natural (o revelación general) y la revelación especial.
La revelación especial es la que viene directamente de Dios y se registra en las escrituras inspiradas. El contenido de esta revelación es una verdad que no podríamos conocer a menos que Dios nos lo dijera directamente. Por ejemplo, la Trinidad y la justificación por la gracia a través de la fe en Cristo sería imposible de "entender" por nosotros mismos. Nuestro conocimiento de estas cosas viene sólo a través de una revelación especial. Si una persona o un grupo de personas no tiene acceso a la Biblia en su propio idioma, ignorarán la verdad que sólo se puede conocer mediante una revelación especial.
La revelación natural es la verdad acerca de Dios que se puede discernir mirando el mundo que nos rodea y mirando dentro de nosotros mismos. Aunque no todo el mundo tiene acceso a la revelación especial, la Biblia deja claro que todas las personas en todas partes tienen acceso a la revelación natural y que son responsables de cómo responden a ella. La revelación natural supone que la imagen de Dios y las facultades mentales de la lógica están todavía lo suficientemente intactas para que la humanidad caída reciba y comprenda cierto conocimiento de Dios.
El Salmo 19:1-4 se refiere a la abundancia y el acceso a la revelación natural:
"Los cielos cuentan la gloria de Dios,
Y el firmamento anuncia la obra de sus manos.
Un día emite palabra a otro día,
Y una noche a otra noche declara sabiduría.
No hay lenguaje, ni palabras,
Ni es oída su voz.
Por toda la tierra salió su voz,
Y hasta el extremo del mundo sus palabras".
El principio del libro de los romanos explica la revelación natural y sus implicaciones:
"Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad; porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa.
Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se hicieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles".
De acuerdo con el pasaje anterior, la revelación natural es universal, y la humanidad la ignora corriendo su propio riesgo. Se pueden conocer algunas cosas sobre Dios observando la creación (Romanos 1:19). Específicamente, se puede inferir de la creación que el Creador tiene un gran poder y que es divino, es decir, digno de ser adorado (versículo 20). La gente debería agradecer y glorificar al Creador de tan maravillosa creación (versículo 21). Sin embargo, el pasaje también dice que las personas no responden a la revelación natural en la adoración o en la acción de gracias a Dios, y no tienen "ninguna excusa" (versículo 20). Deberían haberlo sabido. La respuesta universal de la humanidad pecadora no es postrarse en la adoración al Creador, sino eliminar la verdad (versículo 18) y luego adorar y servir a las cosas creadas (versículo 25), incluso haciendo de ellas imágenes idólatras (versículo 23).
Romanos 1 continúa enumerando una multitud de pecados que las personas que rechazan y retienen la revelación natural son propensas a cometer, sabiendo que estas cosas están mal (versículo 31). Estas son personas que no tienen la ley de Dios en forma escrita, sino que tienen la ley "escrita en sus corazones" (Romanos 2:15). La conciencia es parte de la revelación natural. Hay ciertas cosas que la gente sabe que son correctas y otras que saben que son incorrectas. La conciencia no es infalible, y puede corromperse, así que cuando la gente hace algo que sabe que está mal sin que se le diga que está mal, está pecando al violar lo que Dios le ha revelado.
Por último, la revelación natural se asocia con el principio de consistencia. Romanos 2:1 dice: "Por lo cual eres inexcusable, oh hombre, quienquiera que seas tú que juzgas; pues en lo que juzgas a otro, te condenas a ti mismo; porque tú que juzgas haces lo mismo". Si una persona ve a alguien más haciendo algo y piensa que está mal, y luego más tarde hace lo mismo y lo justifica, está rechazando una forma de revelación natural.
Con frecuencia nos preguntamos, "¿Qué pasará con aquellos que nunca han oído hablar de Jesús? ¿Serán condenados por no creer en alguien de quien nunca han oído hablar?" La respuesta es: "No serán condenados por su ignorancia, sino que serán juzgados por la información que se les proporcionó". Y todos han recibido mucha información. La creación revela que Dios es poderoso y digno de ser adorado. La gente será juzgada por si adoran o no al Creador. La conciencia revela que algunas cosas están mal. Las personas serán juzgadas por si hicieron o no cosas que pensaron que estaban mal. El principio de consistencia revela que la gente a menudo reconoce las acciones erróneas en otros, pero justifica esas mismas acciones en sus propias vidas. La gente será juzgada de acuerdo al estándar que usaron para juzgar a otras personas.
Cuando todo está dicho y hecho, la Escritura es clara sobre el veredicto: "Como está escrito: "No hay justo, ni aun uno; no hay quien entienda, no hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. Sepulcro abierto es su garganta; con su lengua engañan. Veneno de áspides hay debajo de sus labios; su boca está llena de maldición y de amargura. Sus pies se apresuran para derramar sangre; quebranto y desventura hay en sus caminos; y no conocieron camino de paz. No hay temor de Dios delante de sus ojos" (Romanos 3:10-18). Nadie guarda la ley de Dios tal como se le ha revelado, ya sea a través de una revelación especial o de una revelación natural. Cuando todos sean juzgados de acuerdo con lo que les ha sido revelado, todos serán encontrados culpables, y el veredicto será completamente justo. "Porque todos los que sin ley han pecado [los que sólo tienen revelación natural], sin ley también perecerán; y todos los que bajo la ley han pecado [los que tienen acceso a la revelación especial], por la ley serán juzgados" (Romanos 2:12).
La revelación natural es la ley, y la ley sólo condena. Nadie se salvará por guardar la ley ya que nadie es capaz de guardar la ley. La única esperanza de salvación es la fe en Jesucristo. Aunque nadie guarda perfectamente la ley de Dios como se revela en la revelación natural, hay muchas historias de misioneros de personas que han mirado a su alrededor, han reconocido que debe haber un Dios detrás de todo y le han clamado. Dios, en Su gracia, les envió un misionero para hablarles de Jesús, porque nadie puede ser salvo si no tiene fe en Él.
