Pregunta: "Si una pareja tiene relaciones sexuales, ¿están casados a los ojos de Dios?"
Respuesta:
La Biblia dice que el matrimonio se produce cuando “el hombre deja a su padre y a su madre, y se une a su mujer, y son una sola carne” (Génesis 2:24). Es el aspecto de “una sola carne” del matrimonio lo que ha llevado a algunas personas a suponer que, si una pareja no casada tiene relaciones sexuales, entonces están casados a los ojos de Dios. ¿Es así de simple? ¿O el matrimonio implica más que el acto físico del sexo?
No creemos que el acto sexual por sí solo constituya matrimonio. Tenemos tres razones para afirmarlo.
Primero, una razón basada en la lógica. Si fuera cierto que el sexo prematrimonial convierte a una pareja en casada a los ojos de Dios, entonces no existiría el sexo prematrimonial. En el instante en que una pareja no casada tiene relaciones sexuales, perdería su condición de prematrimonial, convirtiéndose en cónyuges de facto el uno del otro. Las advertencias de la Biblia contra el sexo prematrimonial, un tipo de fornicación, serían así irrelevantes. El sexo prematrimonial no podía considerarse inmoral porque, en el momento en que se producía la relación sexual, se convertía en sexo marital. Para evitar la inmoralidad, en 1 Corintios 7:2 se aconseja a las parejas que se casen, pero si el sexo equivale al matrimonio, el consejo simplemente se convierte en: “Para evitar la inmoralidad, tengan relaciones sexuales”. Y ese no es el consejo que Pablo estaba tratando de dar.
Una segunda razón por la que el acto sexual por sí solo no constituye matrimonio se basa en el significado y la importancia del matrimonio. La imagen bíblica del matrimonio implica la unión de un hombre y una mujer en todos los sentidos posibles, mental, emocional, moral, espiritual, económica y físicamente. El sexo une a un hombre y una mujer físicamente y, en cierta medida, emocionalmente, pero no se produce ninguna otra unión. Reducir el matrimonio a la unión física de dos personas es faltarle el respeto al diseño de Dios e ignorar la mayor parte de lo que es el matrimonio.
En tercer lugar, el matrimonio requiere compromiso, y el sexo no. De hecho, el sexo no puede proporcionar una base suficiente para establecer una relación duradera. La película Speed de 1994 termina con los dos personajes principales, Jack y Annie, abrazándose. Jack le dice a Annie: “Tengo que advertirte, he oído que las relaciones basadas en experiencias intensas nunca funcionan”, a lo que Annie responde: “Está bien. Tendremos que basarlas en el sexo entonces”. Y se besan, y aparecen los créditos. Ese diálogo es cómicamente ficticio y sólo funciona en Hollywood. Las relaciones comprometidas se basan en la unión de la voluntad, el intelecto y los recursos materiales. Es por eso que las culturas de todo el mundo han desarrollado formas aceptadas de formalizar la relación matrimonial para que sea social y legalmente vinculante.
Si una pareja no casada tiene relaciones sexuales, ¿eso significa que están casados? No. La idea es ajena a la Biblia, en la que el sexo prematrimonial se considera el pecado de fornicación. Las relaciones sexuales pueden haber unido físicamente a la pareja por un momento, pero eso es muy diferente a que Dios los una como marido y mujer. Podría ser que las relaciones sexuales prematrimoniales conduzcan a una “boda forzada” y a una ceremonia que haga del novio un hombre honesto. Pero es la ceremonia la que une al hombre con el otro, no el acto sexual.
El sexo es un aspecto importante del matrimonio según el diseño de Dios de entrelazar a un hombre y una mujer en una relación comprometida y para toda la vida. El sexo entre personas no casadas, aunque imita el acto físico del matrimonio, no equivale al matrimonio.