Pregunta: "¿Qué quiso decir Jesús cuando dijo: "Si me amáis guardad mis mandamientos"?"
Respuesta:
La noche antes de Su crucifixión, Jesucristo dio una larga e íntima enseñanza a Sus discípulos. Esta charla en el aposento alto ocurre justo después de que el Señor anuncie que uno de los discípulos lo iba a traicionar y Judas abandone la habitación. Dentro de la instrucción, Jesús dice: "Si me amáis, guardaréis mis mandamientos" (Juan 14:15). El inconfundible significado del pasaje es que la obediencia a los mandamientos de Cristo es una muestra y una prueba de nuestro amor por Él.
La conexión entre el amor a Cristo y la obediencia a Él es un tema constante en los escritos del apóstol Juan: "En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios, cuando amamos a Dios, y guardamos sus mandamientos. Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos" (1 Juan 5:2-3). En la misma charla del aposento alto, Juan cita a Jesús diciendo una vez más: "El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ese es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él" (Juan 14:21; ver también 15:14).
¿Qué quiere decir Jesús cuando dice: "Guardad mis mandamientos"? ¿Acaso habla Jesús de cumplir una lista de normas y leyes como los Diez Mandamientos, o se refiere a otra cosa? Las palabras que Juan utilizó en el idioma original no deben entenderse solamente como obedecer una lista de instrucciones morales. Estos "mandamientos" engloban todas las palabras y enseñanzas de Jesús, que, en verdad, son las palabras de Dios Padre: Jesús respondió: "El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él. El que no me ama, no guarda mis palabras; y la palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió" (Juan 14:23-24).
Estos mandamientos comprenden todo el alcance de la revelación de Cristo: "Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres. Le respondieron: Linaje de Abraham somos, y jamás hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: Seréis libres? Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado. Y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo sí queda para siempre. Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres. Sé que sois descendientes de Abraham; pero procuráis matarme, porque mi palabra no halla cabida en vosotros" (Juan 8:31-37; ver también Juan 12:44-50). Sólo los que creen y aceptan la verdad de quién es Jesús (Juan 14:6) son libres y, por lo tanto, " cumplen Sus enseñanzas" o guardan Sus mandamientos. En oración a Dios Su Padre, Jesús dice: "He manifestado tu nombre a los hombres que del mundo me diste; tuyos eran, y me los diste, y han guardado tu palabra" (Juan 17:6).
Inmediatamente después de que Jesús hace la afirmación "Si me amáis, guardad mis mandatos", dice: "Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre" (Juan 14:16). Jesús sabe que para cumplir Sus mandamientos en este mundo caído se necesita de una fuente divina de poder que es la presencia del Espíritu Santo que vive en nosotros.
Gracias a Dios, tenemos un modelo para amar a Jesús y cumplir Sus mandamientos: el amor de Jesucristo y Su vida de obediencia al Padre (Juan 14:31). Obedecer los mandatos de Cristo significa seguir el ejemplo de Jesús (Juan 13:15-16). Amar a Jesús no es simplemente un sentimiento; es una relación activa, permanente y continua de seguir y obedecer a nuestro amoroso Maestro: "Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos" (1 Juan 2:3).