Pregunta: "¿Qué son las siete trompetas del Apocalipsis?"
Respuesta:
Las siete trompetas se describen en Apocalipsis 8:6-9:19 y 11:15-19. Las siete trompetas son el "contenido" del juicio del séptimo sello, pues el séptimo sello convoca a los ángeles que tocan las trompetas (Apocalipsis 8:1-5). Los juicios anunciados por las siete trompetas tendrán lugar durante el período de tribulación en los últimos tiempos.
La primera trompeta. Cuando el primer ángel toca su trompeta, el mundo experimenta "granizo y fuego mezclados con sangre" (Apocalipsis 8:7). Un tercio de los árboles del mundo se queman en esta plaga, y toda la hierba verde se consume. Este juicio tiene algunas similitudes con la séptima plaga de Egipto (ver Éxodo 9:23-24).
La segunda trompeta. En el cielo, un segundo ángel toca una trompeta. El resultado es que "una gran montaña ardiendo en fuego fue precipitada en el mar" (Apocalipsis 8:8). Un tercio del mar se convierte en sangre, un tercio de los barcos se hunde, y un tercio de la vida del océano muere (Apocalipsis 8:9). Este juicio es similar en algunos aspectos a la primera plaga de Egipto (ver Éxodo 7:20-21).
La tercera trompeta. El juicio de la tercera trompeta es como el de la segunda, con la diferencia de que afecta a los lagos y ríos de agua dulce del mundo y no a los océanos. Específicamente, "una gran estrella, ardiendo como una antorcha" cae del cielo y envenena un tercio del suministro de agua (Apocalipsis 8:10). A esta estrella se le da el nombre de Ajenjo, y mucha gente muere (Apocalipsis 8:11). En botánica, el ajenjo (Artemisia absinthium) es una planta parecida a un arbusto, conocida por su extrema amargura y sus propiedades venenosas.
La cuarta trompeta. La cuarta de las siete trompetas provoca cambios en los cielos. "Fue herida la tercera parte del sol, y la tercera parte de la luna, y la tercera parte de las estrellas, para que se oscureciese la tercera parte de ellos, y no hubiese luz en la tercera parte del día, y asimismo de la noche" (Apocalipsis 8:12).
Después del juicio de la cuarta trompeta, Juan menciona una advertencia especial que proviene de un águila que vuela por el aire. Esta águila grita con una voz fuerte, diciendo, "¡Ay! ¡Ay! ¡Ay de los habitantes de la tierra cuando suenen las tres trompetas que los últimos tres ángeles están a punto de tocar!" (Apocalipsis 8:13). Por esta razón, la quinta, sexta y séptima trompetas son conocidas como los "tres ayes".
La quinta trompeta. La quinta trompeta (y el primer ay) resulta en una aterradora plaga de "langostas demoníacas" que atacan y torturan a los no salvos durante cinco meses (Apocalipsis 9:1-11). La plaga comienza con una "estrella" que cae del cielo. Esta estrella es muy probablemente un ángel caído, ya que se le da "la llave del pozo del abismo" (Apocalipsis 9:1). Abre el Abismo, liberando una horda de "langostas" con "poder como el de los escorpiones" (Apocalipsis 9:3). Las langostas no tocan la vegetación de la tierra, sino que se dirigen directamente a "los que no tenían el sello de Dios en la frente" (Apocalipsis 9:4). Durante cinco meses, estas langostas atormentan a las personas, cuya agonía es tan grande que querrán morir, "pero no la hallarán" (Apocalipsis 9:6). A las langostas no se les permite matar a nadie, sólo torturarlas.
Estas demoníacas "langostas" tienen un "rey", que es el ángel del Abismo (Apocalipsis 9:11). En hebreo su nombre es Abadón, y en griego es Apolión, que significa "Destructor". Las langostas en sí mismas se describen en términos inusuales: parecen "caballos preparados para la guerra" (Apocalipsis 9:7). Llevan algo así como "coronas de oro" y sus caras eran como caras humanas (Apocalipsis 9:7). Tienen pelo "como el de las mujeres" y dientes "como los de los leones" (Apocalipsis 9:8). Tienen algo parecido a corazas de hierro, y sus alas suenan como "el estruendo de muchos carros de caballos corriendo a la batalla" (Apocalipsis 9:9). Como los escorpiones, tienen aguijones en sus colas (Apocalipsis 9:10). Esta descripción ha dado lugar a muchas y diferentes interpretaciones: ¿es una visión de helicópteros, de guerreros bárbaros, de un ejército con poderes satánicos, o de criaturas reales del pozo del infierno? No lo sabremos con seguridad hasta que ocurra.
La sexta trompeta. La sexta trompeta (y el segundo ay) incluye el ataque de otra horda demoníaca (Apocalipsis 9:12-21). Una vez que la sexta trompeta suena, una voz del altar de Dios pide la liberación de "los cuatro ángeles que están atados junto al gran río Eufrates" (Apocalipsis 9:14). Estos cuatro ángeles habían sido mantenidos en cautiverio sólo para este propósito: causar destrucción durante la tribulación (Apocalipsis 9:15). Estos cuatro ángeles malvados lideran una caballería sobrenatural de miles y miles de personas para matar a un tercio de la humanidad (Apocalipsis 9:16). Los jinetes tienen corazas de "color rojo encendido, azul violeta y amarillo" (Apocalipsis 9:17). Sus caballos tienen "cabezas de leones, y de sus bocas salía fuego, humo y azufre", y "sus colas eran como serpientes" (Apocalipsis 9:18-19). Matan con sus bocas y con sus colas.
A pesar de la severidad y el horror de estas plagas, los supervivientes en la tierra todavía se niegan a arrepentirse. Continúan con su idolatría, sus asesinatos, su brujería, su inmoralidad sexual y sus robos (Apocalipsis 9:20-21).
Después del juicio de la sexta trompeta hay un interludio literario. Juan ve a un ángel descender del cielo con un pequeño rollo en su mano. Se le promete que "el séptimo ángel está a punto de tocar la trompeta" (Apocalipsis 10:7), y se le dice a Juan que debe profetizar un poco más (Apocalipsis 10:11). Luego viene una descripción de los dos testigos que predicarán en Jerusalén y harán milagros antes de ser asesinados. Dios los resucitará y los llevará al cielo (Apocalipsis 11:1-13).
La séptima trompeta. La séptima trompeta (y el tercer ay) suena, e inmediatamente hay fuertes voces en el cielo diciendo,
"Los reinos del mundo han venido
a ser de nuestro Señor y de su Cristo;
y él reinará por los siglos de los siglos" (Apocalipsis 11:15).
Los veinticuatro ancianos dicen: "Ha llegado el momento de... destruir a los que destruyen la tierra" (Apocalipsis 11:18). Obviamente, Dios está a punto de terminar con las cosas de una vez por todas. Al sonar la séptima trompeta, el templo de Dios se abre en el cielo, y "el arca de su pacto se veía en el templo. Y hubo relámpagos, voces, truenos, un terremoto y grande granizo" (Apocalipsis 11:19).
Así terminan los siete juicios de las trompetas. Todo está listo para los siete ángeles con las siete copas de la ira de Dios. Estos ángeles están de pie dentro del templo que ahora está abierto, listos para dar un paso adelante y traer los juicios finales a la tierra (Apocalipsis 15).