Respuesta:
Adiáfora es el plural de la palabra adiáforon, que, en filosofía, se refiere a una cosa que existe fuera de la ley moral. Un adiáforon es una acción que no está condenada ni aprobada por la moral. Adiáfora significa "cosas indiferentes", es decir, cosas que no están ni bien ni mal, cosas espiritualmente neutras.
El concepto de adiáfora tiene su origen en el estoicismo. Los estoicos sostenían que, si la razón de uno era errónea, sus emociones se volverían destructivas y abrumadoras. Enseñaban que la felicidad proviene de vivir de acuerdo con lo que es lógico, racional o "natural". En el estoicismo, hay tres clases de comportamiento humano. La búsqueda de cosas como la virtud y la justicia es buena, mostrar sus opuestos es malo, y el resto es adiáfora: terreno neutral moral o cosas a las que la naturaleza es indiferente.
Adiáfora, en términos bíblicos, serían las "opiniones" mencionadas en Romanos 14:1. No debemos discutir sobre ellas. Algunas cosas están bien, porque la Biblia dice que están bien; otras cosas están mal, porque la Biblia dice que están mal. Pero hay cosas que la Biblia ni condena ni aprueba. A menudo nos referimos a estas cuestiones como "zonas grises" o asuntos de conciencia. También podríamos llamarlas adiáforas. Por ejemplo, la Biblia promueve claramente decir la verdad y condena la mentira. ¿Pero qué pasa con escribir ficción? Mientras todo el mundo sepa que es ficción, eso es adiáfora.
También podemos considerar adiáfora lo "no esencial" de la fe. Las enseñanzas sobre el momento del rapto, el número de ángeles o la identidad de los dos testigos de Apocalipsis 11 no son esenciales para la fe; son adiáfora. En cambio, doctrinas como la deidad de Cristo, la salvación por gracia mediante la fe y la resurrección corporal son esenciales y no negociables.
En cierto sentido, no existe la adiáfora en el comportamiento humano. Pablo dice: "Y todo lo que hagan, de palabra o de hecho, háganlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias por medio de Él a Dios el Padre" (Colosenses 3:17, NBLA). Todo lo que hacemos—incluso las cosas que parecen moralmente neutras—cae bajo la bandera de la bondad si lo hacemos para la gloria de Dios. E incluso las cosas buenas en sí mismas pueden hacerse con motivos impuros y ser así deshonrosas para Dios (Isaías 1:10-15). Tener éxito en nuestro trabajo, salir a correr, jugar con los amigos y todas las demás cosas que hacemos y que no parecen ni buenas ni malas, pueden caer de lleno bajo la bandera de la bondad cuando las hacemos de forma que glorifiquemos a Cristo con acción de gracias.