Respuesta:
El Jesuismo también se llama Jesusismo o Jesuanismo. No existe ninguna secta o denominación de Jesuismo, pero el término resume el enfoque de muchos que ven las enseñanzas de Jesús como diferentes (y en oposición) a la enseñanza de Pablo (Paulismo). Diversos grupos utilizan el término Jesuismo para enfatizar lo que ven como la distinción entre seguir a Jesús y seguir a Pablo o ser parte de la iglesia moderna que ha sido ampliamente influenciada por Pablo.
En los últimos 150 años se ha vuelto popular enfrentar a Pablo contra Jesús y los otros apóstoles. El Jesuismo sostiene la perspectiva de que Jesús enseñó el Judaísmo, mientras que Pablo tomó las enseñanzas de Jesús y las cambió para hacerlas aceptables para los gentiles. Se dice que Jesús enseñó que es necesario guardar la Ley y que Él no había venido a abolir la Ley, mientras que Pablo enseñó que no es necesario guardar la Ley y que de hecho la Ley está abolida. Un grupo de estudiosos críticos modernos (desde F. C. Baur en el siglo XIX hasta Bart Erhman hoy) proponen que la ortodoxia de hoy es simplemente una interpretación paulina del dogma de Jesús, una de varias interpretaciones legítimas.
Debemos admitir que hubo cierta confusión acerca del mensaje de Jesús y sus implicaciones para judíos y gentiles al principio, y el Nuevo Testamento es claro al respecto. Hubo divisiones dentro de la iglesia primitiva, y llevó tiempo para que los judíos aceptaran a los gentiles en una base igual sin ninguna de las marcadores específicos del Judaísmo como la circuncisión y la observancia de las leyes alimentarias.
Se necesitó una visión del Señor para convencer a Pedro de que debía ir a compartir el evangelio con los gentiles (Hechos 10), y luego tuvo que responder por sus acciones ante el resto de las autoridades de la iglesia en Jerusalén en Hechos 11. En Gálatas, Pablo explica que Pedro se retiró de los creyentes gentiles y se negó a comer con ellos y que Pablo lo confrontó por ello (Gálatas 2:11–14). Todo esto culminó en Hechos 15 cuando los líderes de la iglesia se reunieron para resolver el problema, y el resultado fue una declaración oficial de que los gentiles no necesitan guardar la Ley para ser salvos o estar en comunión con los creyentes judíos. Aunque Pablo se opuso a Pedro en Gálatas 2, reconoce que este fue un lapso momentáneo por parte de Pedro y que estaban predicando el mismo evangelio (Gálatas 2:6–10).
Algunos acusan a los protestantes de poner más énfasis en Pablo que en Jesús. Esto simplemente no es cierto. Los protestantes pueden enfatizar la predicación de Pablo más que la predicación de Jesús, porque se registra mucho más de Pablo. Sin embargo, si uno enfatiza correctamente a Pablo, no puede evitar enfatizar a Jesús, porque Jesús es el centro de la predicación de Pablo. En palabras de Pablo, “Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a este crucificado” (1 Corintios 2:2). Y "algunos, a la verdad, predican a Cristo por envidia y contienda; pero otros de buena voluntad. Los unos anuncian a Cristo por contención, no sinceramente, pensando añadir aflicción a mis prisiones; pero los otros por amor, sabiendo que estoy puesto para la defensa del evangelio. ¿Qué, pues? Que no obstante, de todas maneras, o por pretexto o por verdad, Cristo es anunciado; y en esto me gozo, y me gozaré aún" (Filipenses 1:15–18).
En el análisis final, no existe algo como “Jesuismo” en oposición a “Paulismo”. Pablo fue un apóstol de Jesucristo, escogido por el propio Señor. Si uno realmente sigue a Pablo, uno debe seguir al Jesús que él predicó. Si uno valora la enseñanza de Jesús, uno debe valorar igualmente la enseñanza del Espíritu Santo que inspiró a Pablo y a los otros escritores de las Escrituras para registrar y explicar la vida y enseñanza de Jesús. En última instancia, la Biblia habla con una sola voz, y cuando la Biblia habla, Dios habla, independientemente de los autores humanos individuales de los libros individuales.
