Pregunta: ¿Por qué tanta gente tiene que experimentar un terrible sufrimiento antes de la muerte?
Respuesta:
El sufrimiento es una parte universal de nuestra humanidad que existe en un mundo caído. La pregunta de por qué algunos sufren más en la muerte que otros realmente no tiene respuesta. Consideramos las cosas desde nuestra experiencia humana y no entendemos la mente infinita y el propósito de Dios. En el gran capítulo de la fe, a menudo leemos sobre los héroes de la fe, pero descuidamos la letanía de aquellos no mencionados que sufrieron por su fe (Hebreos 11:33-40). Todos ellos murieron sufriendo, pero son héroes de la fe. No son mencionados ni celebrados entre los hombres, pero Dios valora su sufrimiento y los incluye en este gran capítulo de la fe como una lección para nosotros.
El sufrimiento y la muerte son parte de la maldición del pecado sobre el mundo (Génesis 3:16-19). Adán y Eva cayeron, y cuando lo hicieron, trajeron para ellos mismos y para todos sus descendientes el sufrimiento de la muerte. "mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás" (Génesis 2:17). Sabemos que Adán y Eva no murieron físicamente el día que comieron del árbol. Adam vivió hasta la edad de 930 (Génesis 5:5). Pero cuando Adán pecó, fue separado espiritualmente de Dios, y esta es la primera muerte.
La pregunta de por qué algunos sufren en la muerte y otros no se podría resumir en una declaración: "Dios es soberano." Eso no es solo una declaración trivial y fácil. Cuando Jesús sanó a un hombre que había nacido ciego, los discípulos le preguntaron: "Rabí, ¿quién pecó, este o sus padres, para que haya nacido ciego? Respondió Jesús: No es que pecó este, ni sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en él" (Juan 9:1-3). En este pasaje hay un principio que se puede aplicar a nuestra pregunta. Dios permite que algunos sufran para que "las obras de Dios se manifiesten." En otras palabras, Dios permite que algunos sufran para traer gloria a Su nombre y a otros no sufran por la misma razón. Es Su voluntad soberana la que determina cada circunstancia. Por lo tanto, podemos decir con seguridad que ningún sufrimiento carece de propósito en el plan de Dios, aunque nosotros como seres humanos finitos no podamos ver ese propósito claramente.
El apóstol Pablo sufrió mucho en su vida y ministerio. Una lista de ese sufrimiento se puede encontrar en 2 Corintios 11:23-27. Pablo fue asesinado por su testimonio y según la tradición universal fue decapitado después de un largo encarcelamiento. Sin embargo, durante este tiempo, escribió este testimonio a Timoteo: "He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no solo a mí, sino también a todos los que aman su venida" (2 Timoteo 4:7-8). Otro propósito para el sufrimiento es ser un testigo para aquellos que observan que la gracia y la fortaleza de Dios son suficientes para permitir que un creyente se mantenga firme en medio del sufrimiento (2 Corintios 12:9).
Pablo también nos da un ejemplo de cómo debemos ver el sufrimiento como un hijo de Dios. "Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte" (2 Corintios 12:9-10). Y también dijo Pablo, "Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia" (Filipenses 1:21). Por lo tanto, comoquiera que un creyente muera, ya sea en sufrimiento o en relativa paz, es solo una transición para estar "cara a cara" con el SEÑOR. Una vez que se ha hecho esa transición, todo el dolor y el sufrimiento terminarán. "Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron" (Apocalipsis 21:4).