Pregunta: ¿Cuál era el papel bíblico del sumo sacerdote?
Respuesta:
El sumo sacerdote era el líder religioso supremo de los israelitas. La oficina del sumo sacerdote era hereditaria y se trazaba desde Aarón, el hermano de Moisés, de la tribu de Leví (Éxodo 28:1; Números 18:7). El sumo sacerdote tenía que ser "íntegro" físicamente (sin defectos físicos) y santo en su conducta (Levítico 21:6-8).
Porque el sumo sacerdote ocupaba el puesto de liderazgo, uno de sus roles era supervisar las responsabilidades de todos los sacerdotes subordinados (2 Crónicas 19:11). Aunque el sumo sacerdote podría participar en los ministerios sacerdotales ordinarios, sólo ciertas funciones le fueron dadas. Sólo el sumo sacerdote podía llevar el Urim y el Tumim (piedras grabadas parecidas a dados utilizadas para determinar la verdad o la falsedad). Por esta razón, el pueblo hebreo acudía al sumo sacerdote para conocer la voluntad de Dios (Números 27:21). Un ejemplo de esto es cuando Josué fue comisionado por Eleazar, el sumo sacerdote, para asumir algunas de las responsabilidades de Moisés (Números 27:21). En el Nuevo Testamento, encontramos una referencia al sumo sacerdote que poseía el don de la profecía (Juan 11:49-52).
El sumo sacerdote tenía que ofrecer un sacrificio por el pecado no sólo por los pecados de toda la congregación, sino también por él mismo (Levítico 4:3-21). Cuando un sumo sacerdote moría, todos aquellos confinados a las ciudades de refugio por causa accidental de la muerte de otra persona eran liberados (Números 35:28).
El deber más importante del sumo sacerdote era llevar a cabo el servicio en el Día de la Expiación, el décimo día del séptimo mes de cada año. Sólo él estaba autorizado a entrar en el santuario más sagrado tras el velo para estar ante Dios. Habiendo hecho un sacrificio por sí mismo y por el pueblo, luego llevaba la sangre al Santo de los Santos y la rociaba en el propiciatorio, el "trono" de Dios (Levítico 16:14-15). Él hacía esto para propiciar por sí mismo y por el pueblo por todos sus pecados cometidos durante el año recién terminado (Éxodo 30:10). Es este particular servicio el que se compara con el ministerio de Jesús como nuestro Sumo Sacerdote (Hebreos 9:1-28).
Al entender el papel del sumo sacerdote, podemos comprender mejor el significado de Cristo ofreciéndose a sí mismo por nuestros pecados una vez por todas (Hebreos 9:26; 10:10, 12). A través del sacrificio de Cristo por nosotros, somos santificados y apartados para Él. Al entrar en la presencia de Dios en nuestro nombre, Cristo nos ha asegurado una "redención eterna" (Hebreos 9:12). Como escribió Pablo, "Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre" (1 Timoteo 2:5).