Pregunta: ¿Qué significa que "aquel que a Dios teme, saldrá bien en todo" (Eclesiastés 7:18)?
Respuesta:
En Eclesiastés, Salomón sostiene dos grandes afirmaciones. En primer lugar, Salomón afirma que todas las grandes cosas de la vida carecen de sentido y son efímeras si uno no reconoce a Dios. En segundo lugar, Salomón afirma que, si uno reconoce a su Creador, incluso los aspectos pequeños y aparentemente mundanos de la vida tienen un gran significado y valor. Dentro del marco de estos dos grandes puntos, Salomón proporciona una gran cantidad de sabiduría práctica. Una observación práctica que hace Salomón es que "aquel que a Dios teme, saldrá bien en todo" (Eclesiastés 7:18).
En Eclesiastés 7, Salomón exhorta al lector a considerar a Dios. Dios tiene el control: lo que Él dobla no se puede enderezar (Eclesiastés 7:13). Dios ha creado tanto tiempos de prosperidad como de adversidad (Eclesiastés 7:14). Mirando desde la perspectiva de sus días de inutilidad, Salomón se dio cuenta de que a veces el justo muere pronto y a veces el malvado vive mucho tiempo (Eclesiastés 7:15). Esto parece una injusticia o incluso una prueba del sinsentido de la vida. Salomón reconoce que la rectitud, la larga vida y las bendiciones terrenales no van necesariamente unidas. Por eso, advierte en contra de la excesiva piedad sin escrúpulos y de la aparente sabiduría (Eclesiastés 7:16). Al mismo tiempo, quien se dedica a la maldad probablemente morirá antes de tiempo (Eclesiastés 7:17). Incluso desde el punto de vista "bajo el sol", los extremos son desacertados.
Salomón ofrece un mejor enfoque que simplemente adoptar la perspectiva terrenal. Dice: "Bueno es que tomes esto, y también de aquello no apartes tu mano; porque aquel que a Dios teme, saldrá bien en todo" (Eclesiastés 7:18). Salomón quiere que sus lectores reconozcan o teman diligentemente a Dios. La persona cuyo objetivo en la vida es buscar la más estricta piedad, puede no ver resultados felices (versículo 16), y tampoco los verá la persona que persigue la maldad (versículo 17). El que teme a Dios saldrá bien en todo, y obtendrá felizmente sabiduría y justicia (comparar Eclesiastés 7:16 y 7:18).
La Nueva Biblia de las Américas traduce Eclesiastés 7:18 de esta manera: "Bueno es que retengas esto (justicia) sin soltar aquello de tu mano (sabiduría); porque el que teme a Dios [reverencia llena de temor] se sale con todo ello". Todo lo que hagamos en la vida debe estar guiado por el temor del Señor. El camino hacia la verdadera rectitud y sabiduría no es la adhesión a un riguroso código ascético; es simplemente temer a Dios.
Quien teme a Dios se alejará de los extremos de buscar la piedad y seguir la maldad, centrándose, por el contrario, en relacionarse correctamente con Dios. El temor de Dios es el principio de la sabiduría (Proverbios 1:7), y Salomón entiende la conexión de la sabiduría con la rectitud (Proverbios 10:31). Buscar la sabiduría o la justicia independientemente del temor del Señor no logra el resultado deseado, sino que muchas veces conduce al extremismo que puede arruinar a una persona (ver Eclesiastés 7:16).
Si uno teme a Dios, obtendrá sabiduría y rectitud. De ese modo, quien teme a Dios evitará todos los extremos y las consecuencias negativas que con frecuencia se relacionan con esos extremos. Las correctas prioridades son lo contrario del extremismo. La Biblia nos ofrece un orden de prioridades que Dios espera que las personas mantengan, y nosotros debemos ser diligentes a la hora de mantener esas prioridades. La primera de la lista es temer al Señor. Tener la perspectiva correcta de Dios y de nuestra relación con Él nunca es "extremo"; más bien, nos llevará a comprender lo que debemos valorar en la vida. Quien teme a Dios evitará todos los extremos y tendrá una vida con las prioridades bien establecidas.