Pregunta: "¿Cómo puedo vencer mi miedo sobre el fin de los tiempos?"
Respuesta:
La mejor manera de vencer el miedo al fin de los tiempos es estar espiritualmente preparado para ello. En primer lugar, debes tener una relación personal con Jesucristo para tener vida eterna (Juan 3:16; Romanos 10:9-10). Sólo a través de Él puedes recibir el perdón de los pecados y tener la eternidad con Dios. Si Dios es tu Padre, realmente no hay nada de qué preocuparse (Lucas 12:32).
Segundo, cada cristiano debe vivir una vida digna del llamado que tenemos en Cristo. Efesios 4:1-3 enseña: "os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados, con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor, solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz". Conocer a Cristo y caminar en Su voluntad contribuye en gran medida a disipar cualquier clase de temor.
En tercer lugar, a los cristianos se les dice lo que sucederá al final, y es esperanzador. Primera de Tesalonicenses 4:13-18 dice,
Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él. Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras.
En vez de temer el futuro, estamos llamados a esperarlo con gozo. ¿Por qué? En Cristo, seremos "arrebatados" para encontrarnos con Él y "estaremos siempre con el Señor".
Además, la Escritura dice que no necesitamos temer el Día del Juicio: "En esto se ha perfeccionado el amor en nosotros, para que tengamos confianza en el día del juicio; pues como él es, así somos nosotros en este mundo. En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor" (1 Juan 4:17-18).
El apóstol Pedro afirma que, aunque nuestro futuro nos depare sufrimiento, no debemos temer: "Mas también si alguna cosa padecéis por causa de la justicia, bienaventurados sois" (1 Pedro 3:14). Pedro y muchos otros de los primeros creyentes soportaron muchas penurias e incluso la muerte a causa de su fe en Cristo. No hay que temer al sufrimiento; es una bendición cuando se soporta por el nombre de Jesús.
Los que no conocen a Cristo no tienen la promesa de paz para el futuro. Para ellos, hay una preocupación real porque no han solucionado el tema de dónde pasarán la eternidad. Los que conocen a Cristo no temen el fin de los tiempos. Por el contrario, nos esforzamos por vivir una vida digna de nuestra vocación, vivir con confianza, sufrir con paciencia, anticipar el regreso de Jesús, y descansar en el conocimiento de que nuestros tiempos están en Sus manos (Salmo 31:15).