Pregunta: "¿Qué dice la Biblia sobre la templanza?"
Respuesta:
La templanza es el control de los pensamientos, las palabras y las acciones. Los que practican la templanza son capaces de controlarse a sí mismos y demostrar dominio de sus emociones y comportamientos. Muchas veces oímos la palabra para referirse a la moderación del consumo de alcohol: el "movimiento por la templanza" fue un movimiento organizado a finales del siglo XIX y principios del XX que intentó reducir o eliminar la venta y el consumo de alcohol. La templanza como un rasgo de carácter es un tema común en toda la Biblia, especialmente en el Nuevo Testamento.
La templanza con respecto al alcohol se encuentra en Efesios 5:18, que dice: "No se emborrachen, pues perderán el control de sus actos. Más bien, permitan que sea el Espíritu Santo quien los llene y los controle". Si una persona no modera el consumo de alcohol, será imposible que el Espíritu Santo guíe las decisiones de esa persona. El alcohol tendrá el control. Lo mismo sucede con cualquier cosa que no se maneje con templanza. El estándar bíblico para los cristianos es que no dejemos que nada, sino el Espíritu Santo, nos controle (Gálatas 5:25). No importa si es el alcohol, la comida, la lujuria, o la avaricia, cualquier deseo de la carne que no es controlado, se convierte en nuestro dios activo.
La templanza o el autocontrol es uno de los frutos que el Espíritu Santo trae cuando mora en los creyentes (Gálatas 5:22). Es imposible vivir vidas santas y agradar al Señor sin autocontrol porque nuestra carne sólo quiere agradarse a sí misma (Romanos 7:21-25). Romanos 13:14 nos advierte: "no proveáis para los deseos de la carne". No obstante, algunas personas equivocadamente piensan que la templanza significa que podemos entrar a jugar con el pecado siempre y cuando no nos dejemos vencer por él. Eso no es lo que este versículo dice. Significa que además de la templanza debemos ser prudentes y sabios. Cuando deseamos agradar al Señor, vamos a mantenernos lejos de cualquier cosa que tenga la apariencia de maldad. Vivir una vida con templanza no significa que podemos pecar, siempre y cuando solo sea un poco.
Pablo describe la templanza bíblica en 1 Corintios 9:27: "Al contrario, vivo con mucha disciplina y trato de dominarme a mí mismo. Pues si anuncio a otros la buena noticia, no quiero que al final Dios me descalifique a mí". Incluso Pablo sabía el poder que la carne tenía para derribar su ministerio, así que negó a su carne lo que deseaba para poder formar su fuerza de carácter. Los titulares de las noticias de hoy suelen recordarnos la locura de intentar un ministerio cristiano sin templanza. Cuando un líder cristiano cae, casi siempre es por falta de autocontrol y disciplina personal.
Lo opuesto a la templanza es la autoindulgencia. Cuando desarrollamos actitudes de permisividad en algunas áreas, esa permisividad tiende a extenderse también a otras áreas. En cambio, cuando nos mantenemos bajo control física, mental y espiritualmente, estamos capacitados para ser más eficaces en nuestra misión de representar bien a Cristo (Mateo 28:19-20; 1 Corintios 10:31).