Respuesta:
La teoría queer, según el Oxford English Dictionary, es "un enfoque del estudio social y cultural que pretende desafiar o deconstruir las ideas tradicionales de sexualidad y género, especialmente la aceptación de la heterosexualidad como normativa y la percepción de una dicotomía rígida de rasgos masculinos y femeninos".
En nuestra cultura actual existe un impulso para aceptar la teoría queer y un segmento que promueve el estilo de vida homosexual y/o transexual como comportamiento natural. Muchos afirman que algunas personas nacen homosexuales y/o transexuales. Veamos lo que enseña la Biblia sobre estas cuestiones.
La teoría queer rechaza los rasgos masculinos y femeninos claramente definidos, optando en su lugar por la flexibilidad en el género y promoviendo la idea de que hay muchos, muchos géneros. Pero la Biblia enseña que solo hay dos géneros: masculino y femenino. Desde el principio, el diseño de Dios para la humanidad era que el hombre y la mujer estuvieran juntos en una relación matrimonial (Génesis 2:18-24). En otras palabras, la heterosexualidad es la única sexualidad elegida por Dios. Eva fue creada por Dios como la "ayuda idónea" para Adán (Génesis 2:18). Dios no hizo otro hombre para Adán. Hizo una mujer. Este fue Su designio.
Dios es el Creador de los seres humanos. Toda la humanidad es hechura suya (Efesios 2:10), y Dios nos tejió a cada uno de nosotros en el vientre de nuestra madre (Salmo 139:13-16). Dios nos diseñó a cada uno como quiso, incluyendo el sexo que nos asignó. Cada persona tiene significado y valor, y Dios tiene una voluntad buena y perfecta para cada uno de nosotros. Quienes rechazan el género que Dios les dio han cometido un pecado contra el mismo Dios que los creó.
La teoría queer postula que la heterosexualidad no es normativa y no debe considerarse como tal. Es innegable que la Biblia presenta la heterosexualidad como el designio de Dios y, de hecho, condena el comportamiento homosexual tanto en el Antiguo Testamento (por ejemplo, Levítico 18:22) como en el Nuevo Testamento (por ejemplo, Romanos 1:24-27; 1 Corintios 6:9-11; 1 Timoteo 1:9-11). En el pasaje de Romanos, la homosexualidad se describe como "degradante", "vergonzosa", "antinatural" y un "error". Insinuar que Dios hace que una persona sea homosexual sería decir que actúa en contra de Su Palabra.
Al rechazar la Palabra de Dios, la teoría queer intenta "deconstruir las ideas tradicionales de sexualidad y género". Prescindiendo de las instrucciones divinas, los defensores de la teoría queer redactan su propio manual de instrucciones sobre la sexualidad, basándose en sus propias ideas y preferencias. Aunque ellos mismos no sean LGBTQ, están dando cobertura a quienes viven en rebelión contra Dios y rechazan Su designio.
El fundamento de la teoría queer no es el amor ni la tolerancia ni la aceptación, sino la depravación de todos los seres humanos (ver Romanos 5:12). Desde que nacemos, cada uno de nosotros tiene una inclinación natural a hacer el mal, no el bien (Isaías 53:6; Romanos 3:10-12). Somos seres pecadores esclavizados a los deseos de nuestra carne, y nuestro pecado nos separa de Dios (1 Corintios 6:9-10).
Dios no nos hizo pecadores, sino que nosotros hemos elegido pecar. El rechazo de la sexualidad tradicional/bíblica es una elección pecaminosa que algunas personas hacen por multitud de razones, pero que en última instancia atrae los deseos de su carne. La fea verdad sobre nuestro problema de pecado es difícil de admitir, pero al admitir que tenemos un problema, hemos dado el primer paso hacia la salvación que necesitamos. Esa salvación se nos ofrece gratuitamente mediante la fe en Jesucristo (Juan 3:16; Efesios 2:8-9).
El pecado es engañoso. Forma parte de lo que somos en nuestra condición caída (Efesios 2:1-3), tanto que parece estar bien. Si nuestra conciencia nos empieza a molestar, naturalmente empezamos a justificar el pecado, a menudo diciendo que nos hace sentir bien, que nos hace felices o que todos los demás también lo hacen. Cuando la familia o los amigos, a quienes queremos, pecan abiertamente, nos sentimos presionados a comprometer lo que creemos. Esto se suma a la presión social y al impulso de la "tolerancia".
La teoría queer es impía porque presenta el pecado, tal como lo definen las Escrituras, como aceptable e incluso loable. La actual presión para aceptar la teoría queer ilustra las palabras de Proverbios 14:12: "Hay camino que al hombre le parece derecho, pero al final, es camino de muerte" (NBLA). Puede parecer correcto dejar de lado las "viejas" normas de moralidad y perseguir lo que parece correcto, pero al final la Palabra de Dios se mantendrá fiel (ver Isaías 40:7-8 y Romanos 3:4).
Los cristianos están llamados a vivir según la Palabra de Dios y a obedecerla, no según las filosofías y teorías siempre cambiantes del hombre.
