Pregunta: "¿Tenemos un tiempo designado para la muerte?"
Respuesta:
La Biblia nos dice que "en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar una de ellas" (Salmo 139:16). Así que, sí, Dios sabe exactamente cuándo, dónde y cómo vamos a morir. Dios sabe absolutamente todo sobre nosotros (Salmo 139:1-6). ¿Significa esto que nuestro destino está sellado? ¿Significa esto que no tenemos ningún control sobre cuándo vamos a morir? La respuesta es tanto sí como no, dependiendo de la perspectiva.
La respuesta es "sí" desde la perspectiva de Dios, porque Dios es omnisciente: lo sabe todo y sabe exactamente cuándo, dónde y cómo moriremos. Nada de lo que podamos hacer cambiará lo que Dios ya sabe que ocurrirá. La respuesta es "no" desde nuestra perspectiva porque sí tenemos un impacto sobre cuándo, dónde y cómo morimos. Obviamente, una persona que se suicida provoca su propia muerte. Una persona que se suicida habría vivido más tiempo si no se hubiera quitado la vida. Del mismo modo, una persona que muere por una decisión tonta (por ejemplo, el consumo de drogas) "acelera" su propia muerte. Una persona que muere de cáncer de pulmón por haber fumado no habría muerto de la misma manera o al mismo tiempo si no hubiera fumado. Una persona que muere de un ataque al corazón debido a una vida de alimentación extremadamente perjudicial y poco ejercicio, no habría muerto de la misma manera o en el mismo momento si hubiera comido alimentos más saludables y hecho más ejercicio. Sí, nuestras propias decisiones tienen un impacto innegable en la forma, el momento y el lugar de nuestra muerte.
¿Cómo afecta esto a nuestra vida en la práctica? Debemos vivir cada día para Dios. Santiago 4:13-15 nos enseña: "Vamos ahora! los que decís: Hoy y mañana iremos a tal ciudad, y estaremos allá un año, y traficaremos, y ganaremos; cuando no sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece. En lugar de lo cual deberíais decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello". Debemos tomar decisiones sabias sobre cómo vivir nuestra vida y cómo cuidarnos. Y en última instancia, confiamos en que Dios es soberano y tiene el control de todas las cosas.