Respuesta:
El totalitarismo es un sistema político en el que el Estado tiene autoridad total sobre la sociedad y pretende controlar todos los aspectos de la vida pública y privada. Ejemplos de regímenes totalitarios son la Alemania de los nazis, la Unión Soviética de Stalin, la China de Mao Zedong y Corea del Norte desde 1948. El totalitarismo se caracteriza por un dictador o un gobierno de partido único, la censura de los medios de comunicación, la intimidación de la población, la propaganda en los medios de comunicación y la educación, fuerzas policiales secretas, la prohibición de toda crítica al gobierno y la represión de la libertad religiosa.
Históricamente, el cristianismo ha florecido bajo regímenes totalitarios. El libro de los Hechos relata la persecución de los cristianos bajo el dominio romano—incluido el reinado de Nerón—y la consiguiente propagación del evangelio. Tras la lapidación de Esteban, los creyentes se vieron obligados a huir de quienes querían darles muerte. "En aquel día se desató una gran persecución en contra de la iglesia en Jerusalén, y todos fueron esparcidos por las regiones de Judea y Samaria, excepto los apóstoles" (Hechos 8:1, NBLA). De Hechos 9:31 se desprende que esta persecución fue contraproducente y que, en realidad, contribuyó a una mayor difusión del Evangelio de Jesucristo.
Los cristianos de hoy no son menos perseguidos en algunas partes del mundo donde gobierna el totalitarismo. Citando una encuesta de Pew Research, el obispo John McAreavey, presidente del Consejo de Justicia y Paz de la Conferencia Episcopal Católica Irlandesa, declaró que se está subestimando gravemente la persecución de los cristianos, ya que "el cristianismo es ahora el grupo religioso más oprimido del mundo, con persecuciones contra ellos denunciadas en 110 países" (The Christian Post, 19 de mayo de 2015 - Traducción propia). Según la Federación Internacional de Derechos Humanos, una organización no religiosa, el 80% de todos los actos de discriminación religiosa del mundo actual se dirigen contra los cristianos, sobre todo en Corea del Norte, donde gobierna una dictadura atea militante, y en Oriente Medio, donde el totalitarismo islámico va en aumento.
Como en la Iglesia primitiva, el control soberano de Dios garantiza que el Evangelio se predicará "en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin" (Mateo 24:14). Ningún dictador ni gobierno totalitario puede impedir la difusión del mensaje de Dios por todo el mundo. Pueden oprimir a la gente, pero no pueden suprimir la Verdad. El plan de salvación de Dios no se frustrará. Jesús edificará Su Iglesia (Mateo 16:18). El totalitarismo no es más que otro esfuerzo inútil de las fuerzas del mal por impedir la obra del Señor.