Pregunta: ¿Qué significa cuando Dios dice, "Traed todos los diezmos al alfolí" en Malaquías 3:10?
Respuesta:
Malaquías 3:10 ha ganado popularidad en los círculos cristianos, especialmente entre los predicadores del evangelio de la prosperidad y los que defienden el diezmo obligatorio para los cristianos. El versículo está relacionado con los versículos 8 y 9, qué juntos dicen,
"¿Robará el hombre a Dios? Pues ustedes me están robando. Pero dicen: "¿En qué te hemos robado?". En los diezmos y en las ofrendas. Con maldición están malditos, porque ustedes, la nación entera, me están robando. Traigan todo el diezmo al alfolí, para que haya alimento en Mi casa; y pónganme ahora a prueba en esto, dice el Señor de los ejércitos, si no les abro las ventanas de los cielos, y derramo para ustedes bendición hasta que sobreabunde" (NBLA).
Aquí hay afirmaciones significativas que justifican nuestra preocupación. ¿Están robando los cristianos a Dios si no entregan el diezmo? ¿Estamos malditos? ¿Qué significa cuando Dios dice: "Traed todos los diezmos al alfolí"?
Para entender bien Malaquías 3:10, necesitamos interpretarlo en su contexto. Cada libro de la Biblia tenía un público original antes de llegar a nosotros, y hay una diferencia de pacto entre nosotros y los judíos del Antiguo Testamento. Por lo tanto, debemos empezar preguntando, "¿Qué significaba este texto para la audiencia original?", antes de aplicarlo a nuestras vidas.
Este pasaje se refería a la desobediencia de los israelitas respecto al diezmo, una parte de las reglas que Dios le dio a los judíos bajo la teocracia (Levítico 27:30, 32). Lejos de enriquecer a personas determinadas, el diezmo mantenía a los levitas, que no tenían herencia (ver Números 18:21). También proveía para las viudas, extranjeros y huérfanos (Deuteronomio 14:28–29). Cuando Malaquías escribió su libro como un oráculo de Dios, los judíos habían ignorado este mandamiento, entre muchos otros. Es fácil imaginar el caos social que se produjo.
El mandamiento de "traed todos los diezmos al alfolí" era un llamado para que los israelitas se arrepintieran de su negligencia pecaminosa y reabastecieran el templo para qué los levitas y otros que dependían del diezmo pudieran beneficiarse. El "alfolí" es un lugar literal en el templo donde se guardaban los granos. Debido a su desobediencia en este asunto, Dios había juzgado al pueblo como se advertía en la ley (Deuteronomio 28:15–68). En el libro de Malaquías, promete bendecirlos una vez más si se arrepienten.
¿Cómo se aplica Malaquías 3:10 a los cristianos de hoy? Primero debemos considerar el puente entre los judíos del Antiguo Testamento y nosotros. Los cristianos no están bajo el mismo pacto que los judíos, gracias a Jesús (Hebreos 8). No vivimos bajo una teocracia, y las bendiciones para los cristianos son principalmente espirituales en lugar de materiales (Efesios 1:3). Además, el diezmo rara vez se menciona en el Nuevo Testamento, y nunca se ordena para la iglesia. Jesús mencionó los diezmos en Lucas 11:42, reprendiendo a los fariseos por descuidar la justicia y el amor de Dios mientras cumplían diligentemente el mandamiento del diezmo. Después de la obra de Jesús en la cruz, los Hechos y las Epístolas no imponen un diezmo obligatorio del 10 por ciento a los cristianos. El diezmo no es legalmente obligatorio para los cristianos debido al Nuevo Pacto bajo el cual estamos.
Dicho esto, se nos ordena dar generosamente (Lucas 6:38; 2 Corintios 9:6–7; 1 Corintios 16:2). Este principio incluye el apoyo a los necesitados, la financiación de misiones cristianas y la atención a los menos privilegiados. Malaquías 3:10 encaja en este amplio principio de la generosidad cristiana, ya que nos recuerda la obediencia, la fidelidad de Dios, la buena administración y el apoyo a la Iglesia cristiana con nuestros recursos.
