Respuesta:
El tribalismo es un fuerte sentimiento de lealtad a un grupo, ideología o tribu. En sus formas más básicas, el tribalismo es el pegamento que mantiene unidos a los grupos étnicos, como las tribus de nativos americanos, los judíos o los afroamericanos. El tribalismo también se encuentra en otros grupos que tienen una unidad duradera, como las religiones, los equipos deportivos, las familias o las ciudades pequeñas. En el lado positivo, el tribalismo crea lealtad, proporciona seguridad a los miembros de la tribu y fomenta un sentimiento de comunidad y pertenencia. Sin embargo, el tribalismo desquiciado puede destruir las mismas instituciones que debería fortalecer.
Estados Unidos está experimentando focos de tribalismo poco saludable que están desgarrando la unidad. El patriotismo estadounidense se está desintegrando en muchas facciones, cada una de las cuales defiende su propia forma de tribalismo. Esta nueva forma de tribalismo estadounidense se basa a menudo en ofensas compartidas. Todos los ofendidos por lo mismo se unen para gritar contra todos los demás a los que se considera "parte del problema". El resultado es que se falta al respeto a la bandera, se reinterpreta la historia estadounidense y casi se pierde la unidad nacional. Cuando cada opinión exige apoyo y reúne una tribu propia, no puede haber una comunidad sana. El tribalismo fomentado por el bien mayor de las personas es una fuerza positiva que defiende a los miembros más débiles y protege la santidad de la nación o del grupo. Pero el tribalismo basado en la emoción, la ofensa o la opinión personal puede ser destructivo. En muchos casos, es el tribalismo lo que impide que la gente acepte el Evangelio porque hacerlo significaría abandonar su "tribu" (ver Juan 12:43).
El tribalismo se podría considerar una institución de Dios, basada en el incidente de la Torre de Babel (Génesis 11:1-8). Una vez que Dios confundió sus lenguas, la gente gravitó hacia los de su propia lengua y formaron tribus. Esas tribus se convirtieron en naciones y desarrollaron sus propias costumbres, leyes y religiones. Más tarde, Dios seleccionó a un hombre (Abraham) a partir del cual creó una nación de su propia elección: Israel (Génesis 17:5; Deuteronomio 7:6-8). Dios pidió a los israelitas que se mantuvieran apartados de todas las demás naciones y les dio un conjunto único de leyes que los vincularían entre sí y a Él (Deuteronomio 4:7-9; 2 Reyes 17:13). Dios quería que Israel fuera "tribal" en el sentido de que compartieran una santidad común, sirvieran al Único Dios Verdadero y reconocieran el gran honor que se les había confiado. A través de Israel llegaría la salvación de Dios para el mundo, Su Mesías, Jesucristo (Isaías 11:1; 42:1; Romanos 9:4-5). Cualquiera era bienvenido a unirse a Israel, siempre que los recién llegados se asimilaran a la cultura israelita y adoraran solo al Señor (Deuteronomio 26:11).
El tribalismo se tuerce cuando se utiliza como excusa para excluir en lugar de incluir o cuando alimenta un sentimiento de superioridad. A veces se acusa a las iglesias y a las denominaciones cristianas de tribalismo, y las camarillas cristianas pueden ser un problema. No hay nada malo en ser leal al propio grupo, pero nuestra lealtad superior debe ser a Cristo y a la Palabra escrita. Cabe esperar diferencias doctrinales y metodológicas entre los diversos grupos cristianos, pero ninguna de esas diferencias debe conducir al orgullo espiritual. Todos los que han confiado únicamente en Cristo para su salvación forman parte del cuerpo de Cristo. Cristo no está dividido (1 Corintios 1:13), y cualquier tribalismo en Su Cuerpo se debe mantener en perspectiva y no permitir que erosione la unidad cristiana (Romanos 12:5; 1 Corintios 12:12-14, 27).
Primera de Corintios 12:20-26 dice: "Pero ahora son muchos los miembros, pero el cuerpo es uno solo. Ni el ojo puede decir a la mano: No te necesito, ni tampoco la cabeza a los pies: No tengo necesidad de vosotros. Antes bien los miembros del cuerpo que parecen más débiles, son los más necesarios; y a aquellos del cuerpo que nos parecen menos dignos, a estos vestimos más dignamente; y los que en nosotros son menos decorosos, se tratan con más decoro. Porque los que en nosotros son más decorosos, no tienen necesidad; pero Dios ordenó el cuerpo, dando más abundante honor al que le faltaba, para que no haya desavenencia en el cuerpo, sino que los miembros todos se preocupen los unos por los otros. De manera que si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él, y si un miembro recibe honra, todos los miembros con él se gozan". Si nos proponemos funcionar como un cuerpo sano, con todos sus órganos y sistemas, el tribalismo no se interpondrá en todo lo que Dios quiere hacer en nosotros y a través de nosotros.