Respuesta:
El ultra-dispensacionalismo, también conocido como hiper-dispensacionalismo (aunque algunos teólogos hacen distinciones sutiles entre estos términos), es la enseñanza que sostiene que el mensaje de Pablo era diferente del de los otros apóstoles y que la iglesia no comenzó hasta Hechos 28 o más tarde. Por esta razón, al ultra-dispensacionalismo a veces se le llama “dispensacionalismo post-Hechos”.
Para entender mejor qué es el ultra-dispensacionalismo, deberíamos definir el dispensacionalismo. La palabra dispensación significa “administración o mayordomía”, y el dispensacionalismo es simplemente un sistema de interpretación bíblica que reconoce una distinción entre la iglesia (es decir, el cuerpo de Cristo) e Israel. El dispensacionalismo lleva consigo la idea de que, a lo largo de la historia de la redención, Dios ha dado al hombre revelaciones y mandatos específicos y que el hombre es probado con respecto a su respuesta a la revelación de Dios. Por lo tanto, las dispensaciones son diferentes administraciones en el desarrollo eterno del propósito y plan de Dios. Sin embargo, es importante saber que el dispensacionalismo clásico ve los medios de salvación—por gracia mediante la fe—como los mismos en cada dispensación. Generalmente, los dispensacionalistas clásicos reconocen siete dispensaciones: Inocencia (Génesis 1:1—3:7), Conciencia (Génesis 3:8—8:22), Gobierno Humano (Génesis 9:1—11:32), Promesa (Génesis 12:1—Éxodo 19:25), Ley (Éxodo 20:1—Hechos 2:4), Gracia (Hechos 2:4—Apocalipsis 20:3) y el Reino Milenario (Apocalipsis 20:4—20:6). De nuevo, estas dispensaciones no son diferentes formas de salvación, sino formas en que Dios se relaciona con el hombre.
El ultra- o hiper-dispensacionalismo lleva los principios básicos del dispensacionalismo a un extremo, dando lugar a enseñanzas no bíblicas. Otro movimiento, conocido como dispensacionalismo medio-Hechos, el Movimiento de la Gracia, dispensacionalismo de Hechos 9 o dispensacionalismo de Hechos 13, toma una posición intermedia entre el dispensacionalismo clásico y el ultra-dispensacionalismo.
En lugar de reconocer que la iglesia comenzó en Hechos 2 cuando los discípulos recibieron el Espíritu Santo prometido en el día de Pentecostés, el ultra-dispensacionalista inserta otra dispensación y sostiene que la iglesia no comenzó hasta el encarcelamiento de Pablo en Roma. Específicamente, la semilla de la iglesia se encuentra en Hechos 28:28 cuando Pablo dice a los judíos en Roma que rechazaron el evangelio, “Sabed, pues, que a los gentiles es enviada esta salvación de Dios; y ellos oirán” (Hechos 28:28). Esta fue la visión de uno de los primeros ultra-dispensacionalistas, Ethelbert W. Bullinger de la Iglesia de Inglaterra.
Debido a que los ultra-dispensacionalistas creen en un comienzo tardío de la iglesia, ven la iglesia en Hechos como una iglesia "hebrea" o "judía", separada de la iglesia "misterio" a la que Pablo escribió sus Epístolas de la Prisión. Creen que los libros de Pedro, Santiago, Judas, Hebreos y las epístolas de Juan están dirigidos a la iglesia hebrea, que es diferente del “cuerpo de Cristo”. Esta iglesia judía, que se construyó sobre promesas del Reino, se restablecerá durante el milenio y adorará en el templo reconstruido con sacrificios expiatorios.
Según el ultra-dispensacionalismo, los cuatro Evangelios son solo para los judíos y no tienen ninguna relación con la iglesia. El libro de los Hechos trata sobre una "iglesia" diferente y no sobre el cuerpo de Cristo. Solo las Epístolas de la Prisión de Pablo están dirigidas al cuerpo de Cristo o a la iglesia "misterio". Ni siquiera el libro del Apocalipsis se dirige a la iglesia, las cartas a las siete iglesias están escritas a la “iglesia judía” de la tribulación. Además, la mayoría de los ultra-dispensacionalistas rechazan las ordenanzas de la iglesia: el bautismo en agua y la Cena del Señor eran para la “iglesia hebrea”.
El problema más grande con el ultra-dispensacionalismo no es su enseñanza sobre cuándo comenzó la iglesia, sino los muchos otros errores que surgen de su enfoque de las Escrituras. Por ejemplo, en el núcleo de la mayoría de las formas de ultra-dispensacionalismo está la creencia de que Pablo predicó un evangelio diferente al que enseñaron los demás apóstoles. Otras falsas doctrinas comunes en algunas formas de ultra-dispensacionalismo incluyen el sueño del alma y el aniquilacionismo. Otros proclaman un tipo de universalismo que otorga salvación incluso a Satanás mismo. Sin duda alguna, sea cual sea el nombre que reciba el ultra-dispensacionalismo, es un error peligroso que casi siempre conduce a otros errores aún peores.
H. A. Ironside, un fuerte dispensacionalista él mismo, escribió un buen folleto que describe algunos de los peligros del ultra-dispensacionalismo. En él dice que no tiene “vacilación en decir que los frutos [del ultra-dispensacionalismo] son malos. Ha producido una tremenda cosecha de herejías a lo largo y ancho de esta y otras tierras; ha dividido a los cristianos y destruido iglesias y asambleas sin número; ha elevado a sus devotos en orgullo intelectual y espiritual hasta un grado espantoso, por lo que miran con supremo desprecio a los cristianos que no aceptan sus puntos de vista particulares; y en la mayoría de los casos en los que se ha tolerado durante mucho tiempo, ha ahogado completamente el esfuerzo evangélico en casa y sembrado discordia en los campos misioneros en el extranjero. Estas cosas son tan ciertas para este sistema que no tengo ninguna vacilación en decir que es una perversión satánicamente absoluta de la verdad” (Dividiendo Erróneamente la Palabra de Verdad, capítulo 1, Loizeaux Brothers, 1938).
