Pregunta: Dado que Dios tomó una costilla de Adán para hacer a Eva, ¿significa eso que los hombres tienen una costilla menos que las mujeres?
Respuesta:
Dios tomó una costilla de Adán para formar a Eva, pero esta extracción de una costilla de Adán no dio lugar a que todos los hombres tuvieran una costilla menos. Hay algunas razones interesantes por las que esto es cierto y por las que Dios decidió tomar una costilla en primer lugar.
En el sexto día de la creación, Dios creó al primer hombre. Fue una obra especial de la creación: "Entonces el Señor Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz el aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente" (Génesis 2:7, NBLA). La estructura y el diseño del cuerpo humano son asombrosos, por no hablar del alma y del hecho de que el ser humano ha sido creado a imagen de Dios (Génesis 1:27).
Tras crear a Adán, Dios guió al hombre hasta el descubrimiento de que, en cierto sentido, estaba solo en el mundo; a diferencia de los animales, el hombre no tenía contraparte, ni compañera igual: "para Adán no se encontró una ayuda que fuera adecuada para él" (Génesis 2:20, NBLA). Una vez que Adán fue consciente de su necesidad, Dios tomó medidas para remediar el problema. Creó a la mujer.
La forma en que Dios creó a la mujer es significativa. En Génesis 2:21-22, después de hacer que Adán cayera en un sueño profundo, Dios sacó una costilla del hombre y la utilizó para formar a la mujer. Así que Adán y Eva eran de la misma sustancia y estaban conectados físicamente. Todas las personas proceden de Adán, incluida Eva. Cuando Dios llevó la mujer al hombre, Adán dijo: "Esta es ahora hueso de mis huesos, y carne de mi carne. Ella será llamada mujer, porque del hombre fue tomada" (Génesis 2:23, NBLA).
Al enterarse de que Dios le quitó una costilla a Adán, algunas personas suponen que los hombres de hoy tienen una costilla menos que las mujeres. Es una suposición errónea, por supuesto. Las costillas se cuentan fácilmente, y los hombres y las mujeres tienen el mismo número de ellas. Dios hizo un cambio quirúrgico a Adán, no un cambio genético. Realizar una operación quirúrgica no altera la composición genética de una persona. Todos los descendientes de Adán tienen la codificación del ADN que produce 12 pares de costillas-24 costillas en total en la caja torácica. Todos los hijos de Adán tenían el mismo número de costillas que Adán tenía originalmente; del mismo modo, el hijo de un donante de riñón tendrá dos riñones, no sólo uno, y la hija de un amputado no nacerá sin un miembro.
El hecho de que Dios arrancara una costilla de Adán y no otro trozo de su cuerpo demuestra la sabiduría, la planificación y la previsión de Dios. Las costillas vuelven a crecer. Todos los huesos del cuerpo humano son capaces de repararse a sí mismos, pero el hueso de las costillas es único en el sentido de que puede regenerarse. Cuando un cirujano realiza una costectomía (extirpación total o parcial de una costilla), tendrá cuidado de dejar el pericondrio (la membrana que rodea la costilla). La costilla extraída puede utilizarse para injertos óseos en otras partes del cuerpo, y en el lugar de la costilla que falta crecerá una costilla nueva, normalmente en uno o dos meses. (Ver Moore, K., Dalley, A., y Agur, M., Anatomía clínicamente orientada, 7.ª ed., Lippincott Williams & Wilkins, 2013, p. 83).
Dada la capacidad de regeneración de la costilla, sabemos que Dios no hirió permanentemente a Adán cuando tomó una costilla de su costado para hacer a Eva. Adán no vivió el resto de su vida con un defecto o un punto débil en su esqueleto torácico. Gracias al maravilloso diseño de Dios, Adán vivió el resto de sus días con el mismo número de costillas con el que había sido creado.