Respuesta:
La moral es nuestra definición de lo que está bien y lo que está mal: las líneas que separan el buen comportamiento del mal comportamiento. La moral no es una explicación de cómo son necesariamente las cosas, sino una descripción de cómo deberían ser. Esto implica un nivel de obligación. Calificar algo de "moral" significa que debemos perseguirlo activamente, mientras que algo de "inmoral" debe evitarse activamente. Cuando llamamos a algo "moral", lo asociamos a conceptos como "bueno", "correcto", "apropiado", "honroso" o "ético". La naturaleza de la moral también significa que la disposición de esas líneas morales—la forma en que se disponen esos conceptos—es en sí misma un imperativo moral, ya que hay que oponerse activamente a lo que "no es moral".
La verdad es nuestra definición de la realidad: las líneas que separan lo que es real de lo que no lo es. La verdad es una explicación de cómo las cosas son realmente, no cómo desearíamos que fueran o incluso cómo deberían ser. Cuando nos referimos a la "verdad", evocamos conceptos como "actual", "real", "factual", "genuino" o "existente". La naturaleza de la verdad significa que lo que no es verdadero, o falso, no existe o no puede suceder. La verdad es su propio imperativo: una persona puede aceptarla o rechazarla, pero no puede ser alterada por opiniones.
A primera vista, la moral y la verdad parecen ocupar esferas separadas. La verdad describe lo que "es", y la moral lo que "debe ser". Hablar de "verdad moral" implica una combinación de esas dos ideas. Una verdad moral sería correcta y buena, además de actual y real. Por supuesto, dado que "lo que es" y "lo que debe ser" no son necesariamente idénticos, se plantea la cuestión de si la "verdad moral" puede existir de forma significativa, y qué aspecto tendría.
Resulta que la comprensión de la moral requiere un enfoque similar al de cualquier otro conjunto de hechos: es objetiva o subjetiva. La moral objetiva—también denominada "moral absoluta"—implica algo fijo según una perspectiva inmutable. Los principios morales objetivos están vinculados a un punto de referencia inmutable y universal. La moral subjetiva—también llamada "relativismo"—está vinculada a una perspectiva cambiante o basada en preferencias.
Uno de los problemas de la "moral subjetiva" es que se convierte rápidamente en una contradicción de términos. Si las líneas que definen lo que está bien y lo que está mal pueden moverse, entonces se pierde el propósito de la moral en sí misma. Se podría considerar que la misma elección, en la misma situación, es "moral" o "inmoral" según diferentes puntos de referencia. Eso en sí mismo anula el propósito de la moral. En ese caso, las decisiones prácticas podrían ser totalmente opuestas. Que la moral subjetiva sea autocontradictoria implica que la moral real está ligada a algo objetivo. Es decir, es más racional decir que la "verdad moral" existe que decir que no existe.
En última instancia, la única base razonable para la verdad moral es Dios. Una norma no creada, inmutable y perfecta encajaría simultáneamente en las definiciones de verdad y moralidad. Cualquier base para la comparación o el juicio se basa finalmente en una supuesta norma "absoluta". Tanto si el concepto es lo que "es" como lo que "debería ser", la única base razonable es Dios. Esto significa que lo que Dios llama "bueno" es la norma de la moralidad: eso es la "verdad moral".