Pregunta: ¿Qué significa vestirse de Cristo en Romanos 13:14?
Respuesta:
En un sentido muy real, la vida cristiana es un "vestirse". En Romanos 13:14, el apóstol Pablo instruye a los creyentes a "vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne". La frase vestirse de Cristo significa, en sentido figurado, estar vestido con el Señor Jesucristo para revelar la gloria de Dios al mundo.
Pablo estaba hablando de vestirse con ropa espiritual. Aquellos que se visten del Señor Jesús son creyentes que no se enfocan en gratificar los deseos de la naturaleza pecaminosa. En los versículos anteriores, Pablo había animado a los santos a "levantarnos del sueño" (Romanos 13:11) y desechar "las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz" (versículo 12).
Pablo pinta una imagen vívida de entrar en la nueva vida en Cristo, como si cambiáramos la oscuridad de la noche por la luz del día. Como creyentes, no solo debemos despertar y quitarnos nuestra ropa de noche, sino también vestirnos con la ropa apropiada para el nuevo día. Nuestras "ropas viejas" eran las obras de la oscuridad, pero la nueva vestimenta diurna apropiada para el soldado de Cristo es la armadura de luz de Dios (ver Efesios 6:11–18).
La expresión vestirse/revestirse de Cristo aparece de nuevo en Gálatas 3:27: "porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos". Al igual que en Romanos 13, revestirse de Cristo habla aquí de haberse revestido de la nueva naturaleza; a los creyentes se les enseña a "vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad" (Efesios 4:24). Nos vestimos de Cristo cuando nuestras viejas costumbres son clavadas en la cruz y llevamos la gracia y el perdón de Jesús como una vestidura gloriosa a la vista de todo el mundo.
A la iglesia en Colosas, Pablo repite la enseñanza: "y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno" (Colosenses 3:10). La vestidura espiritual que no le debe faltar a ningún cristiano es el Señor Jesucristo. Revestirse de Cristo significa dejar que el Señor sea nuestra armadura, abrazarlo una y otra vez, y confiar diariamente en Él con fe, agradecimiento y obediencia. Juan Crisóstomo (c. 347-407 d.C.) describió el revestirse de Cristo como "nunca ser abandonado por Él, y que siempre se le vea en nosotros a través de nuestra santidad, a través de nuestra mansedumbre" (citado por C. E. B. Cranfield in Epistle to the Romans, T&T Clark International, 2004, pp. 688–689 − Solo disponible en inglés).
Revestirse de Cristo significa seguirlo en el discipulado, dejando que nuestras vidas se conformen a la imagen de Jesús (Romanos 8:29). En lugar de adaptarnos al modelo de este mundo, debemos ser transformados por la renovación de nuestras mentes y la modificación de nuestro comportamiento según el modelo de la vida de Cristo en la tierra (Romanos 12:2). Este cambio requiere quitarse el viejo yo y revestirse del nuevo a lo largo de la vida cristiana (Efesios 4:22–24; Colosenses 3:12). Para lograr esta transformación, confiamos plenamente en nuestra condición de justos ante Dios hecha posible en Jesucristo (Romanos 3:22; 1 Corintios 1:30; 2 Corintios 5:21).
Revestirse de Cristo significa permanecer en Jesús y vivir para complacerlo. John Wesley lo describió como "una expresión fuerte y hermosa de la unión más íntima con Él, y de estar revestidos de todas las gracias que estaban en Él". Estamos vestidos en Cristo cuando nos unimos tan estrechamente a Jesús que demás lo ven a Él y no a nosotros.
