Respuesta:
La visión beatífica es un concepto teológico que describe la realidad futura en la que los creyentes llegarán a ver a Dios cara a cara. La palabra beatífica proviene de la palabra latina beatifica, que significa "hacer feliz o bendecir". La palabra visión se deriva de la palabra latina visio, que significa "el acto de ver". Literalmente, entonces, la visión beatífica se refiere a una visión que hace feliz a uno.
En lo que se refiere a la teología, la visión beatífica es la visión sin obstáculos y sin filtro de Dios que los creyentes tendrán en el cielo nuevo y nueva tierra. Esta realidad venidera nos hará más felices y alegres que cualquier otra cosa que hayamos experimentado. Moraremos en la santa presencia de Dios y veremos Su gloria.
El concepto de la visión beatífica proviene de Apocalipsis 22:4, que dice: "Y verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes". En este punto del libro de Apocalipsis, Cristo ha regresado a la tierra y ha vencido todos los poderes de tinieblas y maldad. Ha arrojado a todos los que Lo rechazaron al juicio y castigo eternos (Apocalipsis 21:8). Pero todos aquellos que han recibido a Cristo por fe son llevados al cielo nuevo y la nueva tierra para habitar con Él por toda la eternidad (Apocalipsis 21:1–6). Es allí donde los creyentes podrán mirar a Dios cara a cara.
Los creyentes tuvieron la oportunidad de entrever la visión beatífica durante la encarnación de Jesús. Juan 1:14 dice: "Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad" (énfasis añadido). Jesús es Dios y procede del Padre en toda Su santidad. Entonces, en la persona y obra de Jesús, se nos dio un anticipo de la visión beatífica.
Y, sin embargo, esa visión no se realiza completamente a este lado del cielo. El pecado todavía existe, y el mundo está sujeto a la decadencia (Romanos 8:18–21). Pero la Biblia promete que Jesús volverá y reconciliará toda la creación consigo mismo (Hechos 1:11; Colosenses 1:19–20). Él ha prometido juzgar el mal de una vez por todas (Apocalipsis 20:11–15) y establecer una nueva creación (Apocalipsis 21:1–8). Una vez que ocurra esto, la visión beatífica será nuestra, tal y como se nos promete en Apocalipsis 22:4. Aquellos que están en Cristo verán a Dios cara a cara en toda Su belleza, gracia y perfección. "sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es" (1 Juan 3:2).
Hasta que llegue ese día, los creyentes se aferran a la promesa de la visión beatífica como una fuente de esperanza y consuelo ante los desafíos de la vida. Cuando se presentan problemas y dificultades, los creyentes pueden recordar que va a llegar un día en el que verán el mismo rostro de Dios, un día en el que no habrá más quebranto, vergüenza ni oscuridad. Solo gozo, amor y gracia.
