Pregunta
¿Qué quiso decir Jesús cuando dijo: "Calla, enmudece"?
Respuesta
Jesús pronuncia las palabras "Calla, enmudece" en Marcos 4:39 en la versión RVR 1960. La redacción es ligeramente diferente en otras versiones: "¡Silencio! ¡Cálmate!" (Nueva Versión Internacional) y "¡Cálmate, sosiégate!" (Nueva Biblia de las Américas).
La orden de Jesús aparece casi al final de Marcos 4:35-41: "Aquel día, cuando llegó la noche, les dijo: Pasemos al otro lado. Y despidiendo a la multitud, le tomaron como estaba, en la barca; y había también con él otras barcas. Pero se levantó una gran tempestad de viento, y echaba las olas en la barca, de tal manera que ya se anegaba. Y él estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal; y le despertaron, y le dijeron: Maestro, ¿no tienes cuidado que perecemos? Y levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y cesó el viento, y se hizo grande bonanza. Y les dijo: ¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe? Entonces temieron con gran temor, y se decían el uno al otro: ¿Quién es este, que aun el viento y el mar le obedecen?".
"Calla, enmudece" es la orden que Jesús utilizó para calmar una tormenta nocturna en el Mar de Galilea. El pasaje dice que Jesús reprendió a la tormenta, en otras palabras, le dijo que se calmara, del mismo modo que un profesor diría a un aula llena de alumnos revoltosos que se calmaran. Los discípulos se quedaron atónitos cuando el viento y las olas obedecieron. La autoridad que demostró Jesús les dio una pista de quién era realmente.
En una lectura más minuciosa, descubrimos que no era solo la tormenta la que arreciaba, sino también los discípulos. Jesús dormía en la barca, y los inquietos discípulos estaban llenos de consternación: "y le despertaron, y le dijeron: Maestro, ¿no tienes cuidado que perecemos?". (Marcos 4:38). La "indignación" de los discípulos en medio de la furiosa tormenta mostraba su falta de fe. Su pregunta "¿no tienes cuidado que perecemos?", era también una indignada afrenta al carácter de Jesús. Claro que Jesús se preocupaba por ellos. Jesús había dicho: "Pasemos al otro lado", así que debían saber que lo conseguirían. Y Él estaba con ellos, un hecho que debería haber disipado el miedo.
Antes de ser demasiado duros con los discípulos, tenemos que recordar que estaban creciendo en su fe. Si bien es posible que cuestionaran la preocupación de Jesús por ellos, al menos tenían la idea de que Él podía hacer algo al respecto. Esto demuestra que sabían que Él tenía un poder y una autoridad extraordinarios. Si trece personas están en una barca pequeña en medio de una tormenta furiosa, y doce de ellas se dirigen al decimotercero y le dicen: "Por favor, haz algo con esta tormenta", eso indicaría que sentían que el decimotercer hombre tenía algunas habilidades extraordinarias. El novelista Charles Dudley Warner bromeó diciendo que "todo el mundo habla del clima, pero nadie hace nada al respecto". Pues bien, Jesús sí que puede hacer algo al respecto, y es el único que puede.
Después de reprender a la tormenta, Jesús reprende también a los discípulos: "¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe?" (Marcos 4:40). En esencia, también estaba diciendo a los discípulos: "Paz, tranquilos". "Calmaos. Yo siempre tuve el control absoluto".
Cuando leemos hoy el relato de Jesús diciendo "Calla, enmudece", tenemos que recordar que Jesús siempre tiene el control de nuestras circunstancias y que, cuando confiamos en Él, calmará la furia interior de nuestras almas. Cuando nos encontramos enfurecidos y dando vueltas en nuestro interior, Filipenses 4:6-7 nos dice qué hacer: "Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús". Aunque es estupendo ver que la tormenta que nos rodea se calma, es aún más importante que nuestras almas estén en calma en medio de la tormenta. Dios no ha prometido traer paz en cada tormenta, pero ha prometido darnos paz a través de cualquier tormenta si confiamos en que Él nos cuidará.
La canción "Sometimes He Calms the Storm - A veces Él calma la tormenta" de Benton Kevin Stokes y Tony W. Wood comunica bellamente esta verdad:
A veces Él calma la tormenta
Con un susurrado "Paz, estate quieto".
Él puede calmar cualquier mar,
pero eso no significa que lo haga.
A veces nos abraza
Y deja que el viento y las olas se desaten;
A veces Él calma la tormenta,
Y otras veces Él calma a Su hijo.
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¿Qué quiso decir Jesús cuando dijo: "Calla, enmudece"?