Pregunta
¿Deberían los cristianos usar la mediación para resolver conflictos?
Respuesta
La mediación es una manera de resolver conflictos entre dos o más partes. En la mediación, un mediador actúa como árbitro y se asegura de que todos los puntos de vista sean escuchados y validados. La persona escogida como mediador permanece neutral e imparcial, sirviendo solo para facilitar un intercambio civil de ideas y ayudar a las partes en conflicto a llegar a una solución satisfactoria. Normalmente, la mediación termina en un contrato redactado y firmado por todas las partes, que se comprometen a respetar su contenido. Este contrato puede ser registrado legalmente o usado como un acuerdo informal entre las partes. La mediación es una buena manera de evitar los costosos gastos judiciales, asegurar que se escuche la voz de todos y dar a todas las partes cierto control sobre el resultado de su disputa.
Jesús hizo una posible referencia a la mediación en una parábola: “Cuando vayas al magistrado con tu adversario, procura en el camino arreglarte con él, no sea que te arrastre al juez, y el juez te entregue al alguacil, y el alguacil te meta en la cárcel” (Lucas 12:58). Su mensaje general es que debemos hacer todo lo posible para reconciliarnos con Dios antes de que caiga el juicio. Para ilustrar este punto, Jesús les recuerda a Sus oyentes que ellos se esfuerzan por reconciliarse ante juicios menores, es decir, terrenales. Es sabio vivir en paz con todos, evitando los tribunales siempre que sea posible. Cuando somos proactivos a la hora de resolver nuestras disputas, el resultado puede ser radicalmente mejor que dejar las cosas al azar.
La mediación puede ser una práctica saludable en las interacciones de un cristiano con los demás. No siempre estaremos de acuerdo en todo, y las personas maduras buscan perspectivas externas para ayudar a equilibrar las cuestiones en juego. La Biblia da varios ejemplos de mediación informal efectiva. Pablo instruyó a la iglesia en Filipos a actuar como mediadora entre dos de sus miembros en conflicto, Evodia y Síntique (Filipenses 4:2–3). Moisés actuó como mediador entre los israelitas rebeldes y el Señor (Éxodo 32:31–32). Y el mayor ejemplo de mediación es Jesucristo, el Hijo de Dios, quien es el único mediador entre Dios y el hombre (1 Timoteo 2:5; Hebreos 9:15). Definitivamente, la mediación está respaldada por la Biblia y se debe recurrir a ella siempre que un conflicto no pueda ser resuelto adecuadamente por las personas implicadas.
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¿Deberían los cristianos usar la mediación para resolver conflictos?