Pregunta
¿Por qué pidió Daniel a Dios que "incline su oído y oiga" en Daniel 9:18?
Respuesta
En Daniel 9 se registra que Daniel observó en las Escrituras que el exilio de los judíos en Babilonia iba a durar setenta años (2 Crónicas 36:21 y Jeremías 25:11, por ejemplo). Transcurrido ese tiempo, Dios permitiría que el pueblo regresara a la tierra de Israel. Daniel reconoció que los setenta años estaban a punto de cumplirse, y en Daniel 9 oró a Dios, suplicándole: "Inclina, oh Dios mío, tu oído, y oye" (Daniel 9:18).
Cuando Daniel se dio cuenta de que se acercaba el momento de la liberación, alabó a Dios (Daniel 9:4) y confesó el pecado de la nación, incluyéndose humildemente como cómplice de la culpa de la nación (Daniel 9:5-11a). Reconoció que Dios era fiel a Su palabra cuando trajo el juicio a la nación y que el castigo de Judá estaba plenamente justificado y era merecido (Daniel 9:11-14). Tras reconocer de nuevo su pecado y el de la nación (Daniel 9:15), Daniel pide a Dios que ponga fin a Su ira por Su propio bien (Daniel 9:16-17). Dios se había comprometido a restaurar al pueblo al cabo de setenta años y, puesto que ese tiempo estaba próximo, el cumplimiento de la profecía era una cuestión de la propia santidad y carácter de Dios.
Sorprendentemente, la petición de Daniel de que Dios incline Su oído y escuche no se basa en motivos egoístas. Más bien, su preocupación es que se demuestre que Dios es santo. Daniel afirma que no pide que cese el juicio por sus méritos o los de la nación -reconoce que no tenían ninguno-, sino por la gran misericordia de Dios (Daniel 9:18). Suplica a Dios, diciendo: "Inclina, oh Dios mío, tu oído, y oye" y luego recuerda su reconocimiento anterior de que Dios actuaría por Su propio bien (Daniel 9:19).
Mientras Daniel estaba en medio de esta oración -antes incluso de que hubiera terminado-, Dios respondió. En efecto, Dios inclinó Su oído y escuchó enviando a Gabriel con una respuesta a la oración (Daniel 9:20-23). Gabriel presentó a Daniel un panorama increíble del plan profético de Dios y la auténtica forma en que Dios cumpliría Sus promesas a la nación de Israel. La palabra de Dios se cumpliría finalmente a través del Mesías (Daniel 9:24-27).
La rectitud y humildad de Daniel son notables. Gabriel reconoció que, incluso al principio de la oración de Daniel, Dios le había enviado a Gabriel porque Daniel era muy estimado (Daniel 9:23). Por supuesto, Dios nunca promete que responderá a las oraciones de este modo, pero se nos dice que la oración de una persona justa es eficaz (Santiago 5:16b). Aunque Dios no está proporcionando nuevas revelaciones en esta época como lo hizo en tiempos de Daniel, debemos seguir siendo tan perseverantes en la oración como lo fue Daniel. De hecho, Pablo anima a los creyentes tesalonicenses a orar sin cesar (1 Tesalonicenses 5:17) y les indica que esa oración con acción de gracias es el plan de Dios para ellos (1 Tesalonicenses 5:18).
Es maravilloso que, como Daniel, podamos pedir a Dios que "incline Su oído y oiga". Podemos entregarle toda nuestra ansiedad porque Él cuida de nosotros (1 Pedro 5:7). De hecho, no necesitamos estar ansiosos por nada; en lugar de eso, debemos orar y expresar nuestra acción de gracias al Señor (Filipenses 4:6). Al igual que Dios proporcionó a Daniel lo que necesitaba -aunque de un modo diferente-, Dios nos proporcionará la paz que sobrepasa todo entendimiento (Filipenses 4:7).
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¿Por qué pidió Daniel a Dios que "incline su oído y oiga" en Daniel 9:18?
