Pregunta
¿Librepensador?
Respuesta
Un librepensador es una persona que afirma formar opiniones sobre la base de la razón, aparte de la tradición, la autoridad o las creencias establecidas. Por lo general, el librepensamiento se asocia con aquellos que son escépticos con respecto a la religión. Los librepensadores son naturalistas y no basan la moralidad en una norma establecida por un ser superior.
El libre pensamiento rechaza los sistemas de creencias sociales o religiosas tradicionales. Lo que une a los librepensadores no son necesariamente sus creencias, sino la forma en que las defienden. Si un libre pensador tiene creencias porque alguien le dijo que eran verdaderas cuando era joven o si las defiende porque son las que le dan esperanza o le hacen feliz, su pensamiento no se considera libre. Si, en cambio, tiene creencias porque, después de pensarlo cuidadosamente, encuentra un equilibrio de pruebas a favor de la creencia, entonces su pensamiento es libre, por muy extrañas que parezcan sus conclusiones.
La mayoría de los librepensadores creen que no hay Dios (aunque algunos deístas también se llaman librepensadores). Dado que son naturalistas, los librepensadores ven la realidad como limitada a lo que es directamente perceptible a través de los sentidos naturales o a través de la razón. No aceptan las amplias evidencias de Dios en nuestro mundo como razón suficiente para creer en Dios. Tampoco aceptan la Biblia como la revelación de Dios por la cual los humanos podrían conocerlo. La Biblia nos dice: "El necio dice en su corazón: 'No hay Dios'" (Salmo 14:1; 53:1). Los librepensadores ignoran el mandamiento bíblico de "no te apoyes en tu propia prudencia" (Proverbios 3:5) y encajan con la descripción de Romanos 1:22: "Profesando ser sabios, se hicieron necios".
Los librepensadores creen que la única manera de ser verdaderamente libre es librarse de toda superstición, escrituras sagradas, credos, mesías y otras "falsedades". Para ellos, todos los significados se encuentran y se crean por uno mismo, ya que el significado se origina en la mente de uno. La Biblia nos dice que la libertad se encuentra en Cristo (Juan 8:36). Nadie puede traer la libertad por sí mismo. Las personas están atadas por el pecado a menos que Jesús las limpie y rompa el poder que el pecado y la muerte tienen sobre ellas (Romanos 6). Dios da a cada uno la libertad de elegir en qué creer, pero esto no significa que cualquier idea que alguien piense sea verdadera. La verdad objetiva existe, ya sea que elijamos creerla o no. Al tener ideas "libres de Dios", los librepensadores usan la libertad que Dios les da para vivir atrapados por las mentiras. Están atados, no son libres.
La mayoría de los librepensadores son humanistas, basando la moralidad en las necesidades humanas, no en lo que consideran "absolutos cósmicos" imaginarios. A menudo, su visión del mundo incluye un respeto por el planeta y los animales, así como un fuerte compromiso con la igualdad. Mientras que los librepensadores intentan hacer lo que perciben como correcto, y aunque es admirable ser una persona amable, que recicla, y que preserva y mantiene el valor de la vida, nunca será suficiente. Jamás habrá suficiente razón para seguir haciendo estas cosas - ni tampoco la unidad para estar de acuerdo en lo que es correcto e incorrecto - si la creencia es únicamente el resultado de la razón individual. Además, incluso los actos buenos y humanitarios son como trapos de inmundicia ante Dios aparte de Su Espíritu (Isaías 64:6). Nunca nos pueden llevar a una relación correcta con Dios. Cualquier intento de traer la bondad al mundo sin Dios se hace por motivos erróneos y egoístas. La "bondad" del hombre aparte de Cristo es finalmente inútil.
En La Ética de la Creencia, el matemático y filósofo William Kingdon Clifford resume la creencia del libre pensador en que "está mal siempre, en todas partes, y para cualquiera, creer cualquier cosa sobre una evidencia insuficiente". Es cierto que creer algo sin suficientes pruebas sería una tontería. La Biblia nos anima a presentar una defensa de lo que creemos (1 Pedro 3:15). Histórica, científica y arqueológicamente, la Biblia puede hacer frente a los cuestionamientos y proporcionar pruebas contundentes para creer (Lucas 1:1-4; Hechos 26:25-26). La Biblia nos promete que, si buscamos, encontraremos (Mateo 7:7-8). Hay evidencia más que suficiente para creer las verdades de la Biblia. Aquellos que realmente buscan la verdad la encontrarán y serán liberados por el Dios que es la Verdad (Juan 14:6).
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