Pregunta
¿Cómo deben responder los padres cristianos si uno de sus hijos revela que es gay?
Respuesta
Si un hijo revela su homosexualidad, lo primero que deben hacer los padres cristianos es hacerle saber a su hijo que, pase lo que pase, el amor y la gracia ganarán el día. El amor de mamá y papá continuará, sin importar qué. Primera Juan 4:8 dice, “El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor”. “¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento?” (Romanos 2:4).
Todos los padres deben recordar que nuestros hijos (al igual que nosotros mismos) tienen problemas del corazón. No estamos tratando de poner fruta buena en árboles malos; estamos orando apasionadamente por nuestros hijos descarriados para que Dios cambie las raíces del árbol, que Él pueda remover su corazón de piedra y reemplazarlo con un corazón de carne (ver Ezequiel 36:26).
Los padres también deben alentar a un hijo que ha "salido del armario" a no definirse como "homosexual". Es importante hacer preguntas: ¿Estás en una relación? ¿Es la relación sexual o platónica? ¿Has actuado según tus sentimientos de atracción hacia el mismo sexo, o son sólo pensamientos que tienes? Los padres pueden acompañar a un hijo que está luchando y ayudarle a ver que no es "gay" simplemente porque tiene pensamientos homosexuales. Más bien, está luchando con deseos homosexuales o atracción hacia el mismo sexo.
La diferencia entre luchar con la homosexualidad e identificarse como gay puede parecer sutil, pero es una distinción enorme, y aquí está el por qué. Dios nunca nos creó para ser homosexuales. En Cristo eso no es lo que somos. En Cristo somos una nueva creación. Los cristianos pueden luchar con la impaciencia, la idolatría, la lujuria o el orgullo. Los cristianos pueden luchar con la atracción hacia el mismo sexo, pero eso no los hace homosexuales. Somos nuevas creaciones en Cristo.
Entonces, los padres cristianos pueden acercarse a su hijo como personas rotas y ofrecer luchar juntos a través de sus imperfecciones. Es importante que nunca transmitamos a aquellos que tienen tendencias del mismo sexo que su pecado es el peor de todos los pecados. Sí, la homosexualidad es pecaminosa, pero no a un nivel superior al de la lujuria heterosexual o la mentira o el orgullo. La verdad es que todos estamos rotos, y todos necesitamos ayuda para mantenernos puros.
Además, los padres cristianos deben dejar claras sus convicciones bíblicas, pero solo después de haber establecido una base de amor, gracia, empatía y compasión. Sus hijos necesitan saber que la Biblia es la autoridad suprema en todos los asuntos de fe y conducta. No mamá, no papá, no los pares, no la iglesia. Y la Biblia dice que la homosexualidad es contraria al propósito de Dios para los seres humanos. La sexualidad debe ser heterosexual por naturaleza y dentro del límite del matrimonio.
Si un hijo dice: “Soy homosexual. Así es como es, y no me importa lo que piense Dios", entonces claramente los padres están de vuelta en el primer paso. Este hijo necesita un cambio de corazón serio, y solo Dios puede cambiar el corazón. El pecado es un problema del corazón, y hasta que Dios cambie el corazón y el hijo esté asido por la gracia de Dios, nada importará. Las convicciones de los padres no importarán. La letra de la ley no importará. El amor es la clave. Es lo que devolvió al hijo pródigo a los brazos de su padre (Lucas 15:11–32), y es, según el apóstol Pablo, el don más grande (1 Corintios 13:13).
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