Pregunta: "¿Cómo influye en el creacionismo el hecho de que los seres humanos posean algo de ADN neandertal?"
Respuesta:
Según estudios científicos, parte del ADN de los humanos modernos procede en realidad de los neandertales. Este hallazgo se presenta a veces como una prueba para refutar la idea del creacionismo. A pesar de tales sugerencias, no hay ninguna razón para considerar el vínculo del ADN como una prueba contra la creación, Dios o la Biblia. Por el contrario, esa misma prueba sirve para contrarrestar muchos de los ataques que se hacen a la Biblia y a su relato de los orígenes.
En primer lugar, el hecho de que varios seres vivos compartan una estructura básica -el ADN- no sugiere necesariamente la evolución o el ateísmo. Es una prueba de diseño común. Hay una gran variedad de motores de automóvil, fabricados de diferentes tamaños y para diferentes propósitos. Sin embargo, la mayoría de los motores de automóviles tienen las mismas piezas fundamentales, lo cual tiene sentido, ya que generalmente son los medios más eficaces para lograr el propósito para el que están destinados. La mera similitud del ADN, en sí misma, no puede utilizarse para demostrar que no hay diferencias de diseño entre dos criaturas.
El tema del ADN neandertal es igual de complejo dentro de la comunidad científica, cuando menos en cualquier sentido que sea significativo para el cristianismo. Es decir, las líneas entre las diferentes especies pueden ser borrosas. Esto es un problema para ciertos aspectos de la biología. La selección natural suele definirse en términos de poblaciones que ya no se reproducen entre sí.
Sin embargo, parte de la controversia científica sobre los neandertales es determinar hasta qué punto se aparearon con los Homo sapiens "modernos". Algunos estudios recientes han sido noticia porque afirman haber identificado segmentos de ADN de origen neandertal en el genoma humano. El problema es que, si los neandertales son tan parecidos al hombre moderno como para haber tenido hijos juntos, ¿por qué considerarlos una especie aparte? ¿Por qué no pensar en ellos como otro grupo étnico dentro de la familia humana?
Aquí es donde se empieza a poner fea la mirada a la humanidad. Ya en la época de hombres como Charles Darwin, los humanos de ciertas razas eran considerados infrahumanos. En el siglo XIX, no era raro que los científicos afirmaran que los descendientes de africanos estaban genéticamente más cerca de los gorilas que de los hombres blancos; así lo escribió Darwin en La descendencia del Hombre. ¿Estamos haciendo lo mismo con los neandertales, asumiendo que eran inferiores, estúpidos o infrahumanos cuando no lo eran?
Las variaciones de los rasgos neandertales parecen estar dentro del rango de la posible biología humana moderna. Las recreaciones de neandertales con aproximaciones de músculos y piel siempre invitan a comparaciones con personajes vivos. En otras palabras, la diferencia entre los neandertales y los humanos modernos parece ser mucho menor que la que existe entre las distintas razas de perros; sin embargo, todos los perros son exactamente la misma especie, independientemente de la raza.
Por supuesto, las diferencias científicas entre los humanos modernos y los neandertales son mucho más que la forma de los huesos. Se trata simplemente de que la compatibilidad y la similitud entre los neandertales y los humanos modernos son mucho más fuertes que las diferencias. Trazar líneas entre ambos de forma que los neandertales sean inhumanos crea problemas para la biología y la ciencia moderna. Tratar a los neandertales como otra supuesta raza humana crea problemas para la filosofía no teísta.
Que haya o no componentes neandertales en el ADN humano moderno es, en última instancia, irrelevante para el mensaje bíblico sobre la creación.