Respuesta:
Amán es presentado en Ester 3:5-6 como enemigo de Mardoqueo y del pueblo judío: "Y vio Amán que Mardoqueo ni se arrodillaba ni se humillaba delante de él; y se llenó de ira. Pero tuvo en poco poner mano en Mardoqueo solamente, pues ya le habían declarado cuál era el pueblo de Mardoqueo; y procuró Amán destruir a todos los judíos que había en el reino de Asuero". El objetivo de Amán era el genocidio de los judíos, convirtiéndose en el adversario de Ester y su pueblo en el libro de Ester.
Amán era agagueo e hijo de Hamedata. Amán era probablemente descendiente de Agag, rey de los amalecitas, antiguos enemigos del pueblo judío. Dios le había dicho al rey Saúl que destruyera a los amalecitas siglos antes (1 Samuel 15:3), pero Saúl no obedeció la orden. Su desobediencia provocó la pérdida de su reino y, en tiempos de Ester, la amenaza de aniquilación para todos los judíos.
Amán estaba casado con una mujer llamada Zeres, y tuvieron diez hijos. Amán era un confidente íntimo del rey Jerjes (o Asuero). Amán se tomó como algo personal el hecho de que Mardoqueo no se inclinara ante él, y su desprecio personal se convirtió en un odio asesino hacia todos los judíos.
Utilizando su conexión con el rey, Amán pudo aprobar una ley que ordenaba el genocidio de los judíos: "Y fueron enviadas cartas por medio de correos a todas las provincias del rey, con la orden de destruir, matar y exterminar a todos los judíos, jóvenes y ancianos, niños y mujeres, en un mismo día, en el día trece del mes duodécimo, que es el mes de Adar, y de apoderarse de sus bienes" (Ester 3:13). Amán había elegido el día de la matanza echando suertes (en hebreo, purim). Queriendo dar un escarmiento a Mardoqueo, Amán construyó una horca especial, de unos 23 metros de altura, para colgar a su enemigo (Ester 5:14).
Pero Dios sabe cómo hacer que las cosas cambien. Para disgusto de Amán, el rey Asuero (que desconocía la venganza de Amán contra Mardoqueo) ordenó que Mardoqueo fuera honrado por frustrar un intento de asesinato contra el rey. Para mortificación absoluta de Amán, el rey ordenó que Amán hiciera los honores: Amán tenía la tarea de pasear a Mardoqueo a caballo por la ciudad y proclamar la admiración del rey por él (Ester 6:10-11). Zeres y los consejeros de Amán vieron este giro de los acontecimientos como un mal presagio de la caída de Amán (Ester 6:13).
La reina Ester, judía ella misma, utilizó su posición para interceder por su pueblo. Lo hizo invitando al rey y a Amán a dos banquetes, lo que Amán (que desconocía la ascendencia de la reina) consideró un gran honor. En el segundo banquete, Ester se enfrentó al rey por el complot de Amán contra su pueblo. El rey se enfureció y abandonó la sala (Ester 7:7).
Viendo que había provocado la ira de Asuero, Amán se postró ante Ester para suplicar por su vida. El rey volvió a entrar en la habitación, vio a Amán en el diván con la reina y dijo: "¿Querrás también violar a la reina en mi propia casa?" (Ester 7:8). Uno de los eunucos del rey informó entonces al rey de que Amán había preparado la horca para Mardoqueo. "Colgadlo en ella. Así colgaron a Amán en la horca que él había hecho preparar para Mardoqueo; y se apaciguó la ira del rey" (Ester 7: 9-10). La hostilidad de Amán hacia el pueblo judío provocó su propia muerte. Proverbios 26:27 se cumplió: "El que cava foso caerá en él; y al que revuelve la piedra, sobre él le volverá".
En el fatídico día señalado para la destrucción de los judíos, en su lugar fueron destruidos los enemigos de los judíos (Ester 9:6-9, 16). Los diez hijos de Amán también fueron ahorcados (versículo 14).
La fiesta judía de Purim, una celebración de la liberación detallada en el libro de Ester, recibe su nombre de las suertes que echó Amán. En Purim, el libro de Ester se lee en la sinagoga y, cada vez que se pronuncia el nombre de "Amán", el público ahoga el sonido con unos ruidos de carraca llamados graggers (o groggers) o con cualquier cosa ruidosa y molesta: despertadores, xilófonos de juguete, globos reventados con alfileres, muñecas que lloran, sirenas de policía de juguete, silbatos, etc.
El malvado nombre de Amán es borrado simbólicamente, y la vida de Amán es un ejemplo del destino que enfrentan aquellos que se oponen a Dios y a Su pueblo. Ponerse en contra de Dios y perseguir a Su pueblo es inútil-no funcionó con Amán, no funcionó con Antíoco Epífanes, no funcionó con Adolfo Hitler, y no funcionará con el Anticristo.
