Pregunta: ¿Quiénes eran Bezaleel y Aholiab en la Biblia?
Respuesta:
Bezaleel y Aholiab fueron dos hombres que Dios eligió para ayudar en la construcción del tabernáculo, la tienda sagrada donde Dios habitaba en medio de Su pueblo.
Durante el viaje de los israelitas desde Egipto a la Tierra Prometida, Dios llamó a Moisés al monte Sinaí, donde entregó Su Ley al pueblo (Éxodo 19-24). En el transcurso de Su conversación con Moisés, Dios le ordenó que reuniera al pueblo y construyera el tabernáculo (capítulos 25-31). Como estos acontecimientos tuvieron lugar más de 1.500 años antes de que el Espíritu Santo habitara permanentemente en el pueblo, el Espíritu de Dios permanecería en este tabernáculo. Dios dio instrucciones específicas para la construcción del tabernáculo, incluyendo planes para la tienda misma, el patio, la consagración de los sacerdotes, las vestiduras de los sacerdotes e incluso los muebles. Los valiosos materiales que se utilizarían en la construcción habían de ser donados como ofrenda por el pueblo (Éxodo 25:1-7; 30:11-16). Al final, el pueblo fue generoso y aportó incluso más de lo necesario (Éxodo 36:3-7).
Se necesitarían muchos artesanos para este trabajo, y en Éxodo 31:2-6 Dios le dice a Moisés que había dado a muchos hombres las habilidades que necesitarían para llevar a cabo Sus planes para el tabernáculo. Dios menciona a dos de estos hombres por su nombre: Bezaleel, de la tribu de Judá, y Aholiab, de la tribu de Dan. Bezaleel, en particular, estaba lleno del Espíritu de Dios (versículos 31:2-3), algo poco común en los tiempos del Antiguo Testamento. El Espíritu de Dios dotó a Bezaleel y a Aholiab de talento e inteligencia, dándoles la capacidad de trabajar en todo tipo de artesanía, incluyendo el trabajo de la madera, la piedra, el metal, el grabado, el bordado y el tejido. El Espíritu capacitó a Bezaleel y Aholiab para trabajar con las materias primas y crear los diseños artísticos (Éxodo 31:4-5; 35:30-32, 35). El propio Bezaleel construyó el Arca del Pacto (Éxodo 37:1).
Además, Dios inspiró tanto a Bezaleel como a Aholiab para que enseñaran a todos los demás artesanos a los que Dios había dado una habilidad especial. Juntos, guiados y ayudados por Bezaleel y Aholiab, los artesanos fueron capaces de completar el tabernáculo según las especificaciones de Dios (Éxodo 36:8-39:43).
La historia de Bezaleel y Aholiab nos muestra que Dios se preocupa por la estética; es un Dios de belleza y diseño. La artesanía fina y la habilidad en diversas obras artísticas son un don de Dios. Bezaleel y Aholiab deberían animar a los artistas cristianos de hoy a crear obras de arte para la gloria de Dios.
