Respuesta:
La Biblia sí enseña que Dios es amor, pero también describe que Él es mucho más que solo amor. En 1 Juan, el apóstol Juan afirma dos veces que Dios es amor (1 Juan 4:8, 16). En muchos otros pasajes, la Biblia describe el amor que Dios expresa, pero solo Juan dice realmente que Dios es amor. Claramente, Juan no está insinuando que Dios es solo un concepto o que es igual al amor. Por el contrario, Juan reconoce constantemente a Dios como personal, pero descrito como amor. Si bien el amor es un atributo central de Dios, hay otros atributos divinos que son importantes, y uno en particular puede ser incluso más definitorio de quién es Dios.
Mientras Juan registra que "Dios es amor" (1 Juan 4:8, 16), también registra la escena en el cielo con las cuatro criaturas que constantemente dicen: "Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era, el que es, y el que ha de venir" (Apocalipsis 4:8). Juan explica que Dios es amor, pero también comunica que las criaturas con las que Dios se rodea afirman repetidamente Su santidad. Parece que lo que más desea Dios es que se le entienda como santo, o totalmente apartado.
La escena que Juan registra en Apocalipsis es similar a lo que Isaías ve en Isaías 6. Dios está sentado en Su trono, e Isaías ve a los serafines que están constantemente exclamando, diciendo: ""Santo, Santo, Santo es el Señor de los ejércitos, Llena está toda la tierra de[b] Su gloria"" (Isaías 6:3 − NBLA). Isaías entiende la gracia, la compasión y la misericordia de Dios (Isaías 43:4; 48:14; 61:8; 63:9). Al mismo tiempo, Isaías registra la prioridad que Dios da a Su propia santidad. Esto nos ayuda a entender que el amor de Dios es mucho mayor y "más" que cualquier tipo de amor que pudiéramos imaginar. Como también afirma Isaías, los caminos de Dios son más altos que nuestros caminos (Isaías 55:8-9). En otras palabras, incluso el amor de Dios está definido por Su santidad. Debemos recordar que, mientras Dios es amor y es muy amoroso, el amor es una expresión de Su carácter santo. Por lo tanto, tenemos que depender de Él para definir qué es el amor y cómo quiere que expresemos ese amor.
Afortunadamente, Dios hace exactamente eso. Él afirma Su amor por toda la humanidad (Juan 3:16) expresado a través de Jesucristo. Desafía a aquellos que han creído en Jesús a pensar como Él, mantener el mismo amor (Filipenses 2:2) y seguir Su ejemplo de humildad y servicio a los demás (Filipenses 2:5–8). Porque Dios nos ha amado, debemos amarlo a Él y a los demás (1 Juan 4:19). Si estamos amando a Dios con el amor santo que Él espera, también debemos amar a nuestro hermano (1 Juan 4:20).
Dios es santo, y Él es amor. Ha expresado Su amor al mundo entero de muchas maneras, pero sobre todo a través de Jesucristo. Él espera que recibamos Su amor creyendo en Jesús (Romanos 5:1–2), y luego necesitamos aprender más acerca de cómo amarlo a Él y amar a los demás de una manera digna de nuestro llamado (Efesios 3:14–19; 4:1). Dios es santo. Dios es amor. Como hemos llegado a ser Sus hijos por la fe en Jesucristo, espera que reflejemos tanto la santidad como el amor (1 Pedro 1:15–16; 1 Tesalonicenses 4:9).