Pregunta: "¿Son muchas prácticas y tradiciones del cristianismo que tienen un origen pagano?"
Respuesta:
En su libro del año 2008 Pagan Christianity (Cristianismo Pagano), los autores Frank Viola y George Barna presentan los sorprendentes orígenes de muchas de las prácticas que comúnmente se encuentran en las iglesias hoy en día. Los autores de Pagan Christianity afirman que muchas prácticas/tradiciones habituales de las iglesias tienen en realidad sus raíces en el paganismo (religiones no cristianas), no en la Biblia. Pero, ¿es correcto afirmar que las prácticas del cristianismo moderno son paganas? ¿Acaso lo que ocurre generalmente en una iglesia está respaldado por lo que la Biblia enseña sobre la iglesia?
Muchos cristianos reconocen que algunas ideas y prácticas paganas se han infiltrado en la iglesia cristiana. Tristemente, mucho de lo que Jesucristo abolió con Su muerte y resurrección, los primeros cristianos lo volvieron a establecer. El sacrificio de Jesús cumplió los requisitos de Dios, poniendo fin a la necesidad de cualquier otro sacrificio (Hebreos 7:27; 10:10; 1 Pedro 3:18). La iglesia primitiva, debido a las influencias paganas, deformó la celebración de la Cena del Señor para convertirla en un re-sacrificio / re-ofrecimiento del sacrificio único de Cristo. El sacrificio perfecto de Jesús eliminó la necesidad de un sacerdocio formal (Hebreos 10:12-14), creando en su lugar un "reino de sacerdotes" (Apocalipsis 1:6; 5:10). La iglesia primitiva, de nuevo influenciada por el paganismo, restableció un sacerdocio que añadía un obstáculo entre el creyente "ordinario" y Dios (1 Timoteo 2:5; Hebreos 9:15). Estos son sólo dos de los muchos ejemplos posibles.
La mayoría de los cristianos están de acuerdo en que creencias/prácticas como éstas han de ser rechazadas y se debe mantener la verdad bíblica. A continuación, se presentan los principales problemas que plantea el cristianismo pagano.
(1) El edificio de la iglesia. El Nuevo Testamento registra que los primeros cristianos se reunían en casas (Hechos 2:46; 5:42; Romanos 16:5; 1 Corintios 16:19). Ni Jesús ni los Apóstoles alentaron a los cristianos a construir templos / edificios para la iglesia. En Juan 4:21-24, Jesús declara que vendrá un tiempo en el que la adoración no estará ligada a ningún lugar o edificio en particular. Durante los primeros cientos de años de la fe cristiana, los templos eran muy pocos. Sólo cuando Constantino y sus sucesivos emperadores romanos hicieron del cristianismo la religión oficial del Imperio Romano, los cristianos comenzaron a construir templos. En algunos casos, los cristianos, con la ayuda de los soldados romanos, se apoderaron de los templos paganos y los "cristianizaron" para convertirlos en iglesias.
El hecho de que los cristianos construyeran templos dio lugar a múltiples problemas. En primer lugar, la gente comenzó a pensar en un templo o edificio como "espacio sagrado". Esto dio lugar a una separación entre lo que ocurre dentro de un templo, y lo que ocurre fuera del mismo. Entre algunos, la maldad y la inmoralidad flagrantes se toleraban fuera de la iglesia siempre que el comportamiento dentro de la iglesia fuera correcto. En segundo lugar, algunas personas perdieron la idea de la omnipresencia de Dios. El hecho bíblico de que la comunión con Dios se podía tener en cualquier lugar se perdió, y se cambió por la idea de que un templo y/o el altar en el interior de un edificio de la iglesia era el único lugar donde se podía conectar con Dios. En tercer lugar, algunas personas perdieron de vista el hecho de que los creyentes en Cristo son la iglesia, y en cambio comenzaron a pensar en la iglesia como el edificio.
Pero, ¿es pagana la idea de un edificio para la iglesia? Ya que la Biblia no manda a los cristianos a construir templos, ¿eso quiere decir que es incorrecto tener un templo? El hecho de que la Biblia no mande algo no significa que ella se oponga a eso. La Biblia no fomenta ni rechaza la idea de que los cristianos se reúnan en lugares específicamente diseñados para la adoración colectiva. En el tema del templo es muy importante reconocer la diferencia entre descripción y prescripción. El Nuevo Testamento nos habla de que los primeros cristianos se reunían en sus casas. El Nuevo Testamento no prescribe que los cristianos sólo deban reunirse en los hogares. Un templo en el que se declara la verdad bíblica sobre la iglesia no es en ningún sentido antibíblico. El edificio no es lo que es antibíblico. Lo que es antibíblico son las creencias que con frecuencia están vinculadas al templo.
(2) La estructura de la iglesia. En muchas iglesias de hoy en día, hay una estructura específica para el desarrollo de un servicio. La estructura cambia un poco de una iglesia a otra, pero los puntos centrales siguen siendo los mismos: anuncios, adoración grupal, saludo de bienvenida, oración, el sermón, y una canción de cierre. En algunas iglesias, el orden del servicio es absolutamente inflexible. En otras iglesias, hay cierta flexibilidad. Cualquiera que sea el caso, la idea de que una reunión de la iglesia tenga una estructura tan rígida no se presenta en el Nuevo Testamento. Cuando una iglesia tiene una estructura tan rígida, ésta puede impedir, en lugar de promover, la verdadera adoración y la comunión.
Primera de Corintios 14:40 enseña, "pero hágase todo decentemente y con orden". El orden y la estructura no son anti bíblicos. La rigidez y el legalismo no son bíblicos. Si bien una iglesia debe asegurarse de que sus servicios estén razonablemente organizados, no es bíblico que un servicio de la iglesia esté tan estructurado como para impedir cualquier participación, libertad o mover del Espíritu.
(3) El liderazgo de la iglesia. La Biblia enseña innegablemente que la iglesia debe tener un liderazgo piadoso (1 Timoteo 3:1-13; 5:17-20; Tito 1:6-9; 1 Pedro 5:1-4). Lamentablemente, la iglesia primitiva tomó el concepto de liderazgo de la iglesia, y debido a las influencias paganas, lo moldeó en un sacerdocio. Mientras que la mayoría de las iglesias protestantes y evangélicas no se refieren a su liderazgo como sacerdotes, en algunos casos, el pastor/predicador actúa prácticamente como un sacerdote. Se espera que los pastores hagan todo, o casi todo, el trabajo ministerial. En algunas iglesias, la reintroducción de la idea de un sacerdote en el cristianismo hizo que se perdiera la identidad bíblica de que todos los creyentes son santos, ministros y sacerdotes. En el liderazgo de la iglesia, el resultado puede ser pastores quemados o pastores excesivamente autoritarios. El resultado en la congregación puede ser la pasividad y la inactividad.
La idea de que un cristiano puede cantar con desgano algunas canciones, estrechar las manos con displicencia, escuchar un sermón sin atención y dar una ofrenda de mala gana - y así cumplir con su rol en la iglesia - es completamente antibíblica. El propósito de la iglesia es ser un lugar de confraternidad enriquecedora, de participación activa y de edificación mutua. El capítulo 12 de Primera de Corintios compara a la iglesia con un cuerpo humano. Todas las partes del cuerpo deben estar funcionando para que el cuerpo haga lo que debe hacer.
(4) El sermón. La Biblia declara claramente que hay que enseñar la Palabra de Dios (1 Timoteo 4:11; 2 Timoteo 4:2). Es indudable que hay un lugar para que un hombre piadoso enseñe a otros creyentes a modo de sermón / oratoria. Un problema es que muchas iglesias caen en la trampa de que un hombre sea el único maestro. Otro problema es cuando las iglesias, intencionalmente o no, transmiten la idea de que escuchar pasivamente un sermón es todo lo que Dios espera. En 2 Timoteo 2:2, Pablo exhorta a Timoteo a confiar la enseñanza a otros que estén dotados por el Espíritu Santo para enseñar. La presencia de un sermón no participativo no es el problema. La falta de oportunidades para que otros enseñen y/o la falta de voluntad para enseñar puede ser un problema. Uno de los objetivos de la iglesia es hacer discípulos, no calentar sillas. Muchas iglesias podrían hacer un trabajo mucho mejor al reconocer el don de la enseñanza en otros y capacitarlos y animarlos a usar ese don. A su vez, nadie debe buscar el puesto de maestro a menos que realmente haya sido dotado por el Espíritu Santo, hecho que puede ser verificado por el testimonio de otros que puedan dar fe de la presencia de este don. De hecho, Santiago 3:1 nos advierte: "Hermanos míos, no os hagáis maestros muchos de vosotros, sabiendo que recibiremos mayor condenación".
Es innegable que las ideas y prácticas paganas se han colado en la iglesia cristiana. Hasta cierto punto, cada iglesia tiene prácticas que no están completamente basadas en las Escrituras, ya sea en la práctica misma o en el entendimiento de la misma. De nuevo, esto no significa que estas prácticas sean paganas o erróneas. Las iglesias harían bien en reevaluar continuamente sus métodos y motivaciones, para asegurarse de que son bíblicamente sólidos. Aunque ninguna práctica de la iglesia debe contradecir las Escrituras, una práctica de la iglesia no tiene que ser explícitamente bíblica para ser una opción viable. Tampoco una práctica que no se enseñe en la Biblia la convierte en pagana. Que una práctica tenga un origen pagano no la hace necesariamente antibíblica. La clave para evitar el "cristianismo pagano" es comparar cada creencia y práctica con las Escrituras y eliminar cualquier cosa que contradiga lo que la Biblia prescribe para la iglesia. Para aquellos temas sobre los que la Biblia no dice nada, el liderazgo de la iglesia debe considerar en oración si deben continuar o no.