Pregunta: ¿Deberíamos como cristianos ver televisión (TV)?
Respuesta:
Muchos cristianos se cuestionan si deben o no ver la televisión y, en caso afirmativo, cuánta televisión deben ver. La televisión, como muchas otras diversiones que tenemos en la sociedad actual, tiene la capacidad de hacer tanto un gran bien como un gran mal.
Por el lado positivo para el cristiano, la televisión puede ser una maravillosa herramienta educativa. Las noticias y los pronósticos del tiempo han salvado innumerables vidas, y tenemos acceso a entretenimiento, deportes e información que puede ser útil y edificante. Desde el punto de vista cristiano, la televisión ha servido para compartir el Evangelio con prácticamente todas las naciones de la tierra (Mateo 28:19), e innumerables vidas han cambiado gracias a los programas televisivos cristianos.
El aspecto negativo para el cristiano es que muchas personas se vuelven adictas a la televisión o se dejan absorber por cualquier programa que se emita en ese momento. Esto aleja a la gente de la familia, los amigos y el tiempo en la Palabra de Dios. Muchos de los programas más populares hoy en día se centran en lo peor que la humanidad tiene para ofrecer, y se glorifica el mal como si fuera bueno (ver 2 Timoteo 3:1-5 e Isaías 5:20). Incluso en la llamada televisión cristiana, hay algunos hombres y mujeres que dicen ser ministros de Dios y que están más preocupados por el dinero y el prestigio que por salvar almas (ver 2 Timoteo 4:3-4).
El impacto de la televisión en nuestras vidas viene de lo que hacemos con ella. Los cristianos no deben dejar que la televisión los controle; más bien, deben usar la televisión como la herramienta de comunicación para la que fue hecha.
Un cristiano que discierne al ver televisión se hará algunas preguntas y las responderá en oración:
- ¿Cuál es mi motivo para ver este programa de televisión? (Ver 1 Corintios 10:31.)
- ¿Contiene este programa de televisión material que, como cristiano, no puedo escuchar o ver con una mente pura? (Ver Salmo 101:3.)
- ¿Ver este programa de televisión mejorará mi comprensión de mi cultura y, por lo tanto, me ayudará a comunicar a Cristo de manera más eficaz? ¿O estoy buscando una emoción y disfrutando secretamente de escenas de maldad?
- ¿Estoy comprometido a buscar la verdad en la Palabra de Dios y no en los poderosos medios de comunicación como la televisión?
- ¿Sé distinguir el trigo de la cizaña? ¿Me puedo alegrar de los temas bíblicos que pueda presentar un programa de televisión mientras rechazo sus aspectos pecaminosos? ¿O es que los elementos impíos eclipsan todo lo bueno que contenga el programa?
- ¿Hay una mejor manera de emplear mi tiempo?
Es difícil establecer una regla estricta sobre cuánta televisión debe ver un cristiano, o si debe ver algo. En última instancia, esa decisión es entre el creyente y Dios o, en el caso de los menores, entre sus padres y Dios. Los cristianos que consideren el tema de la televisión deben examinar la Palabra, orar al respecto, escuchar a su conciencia y seguir la guía del Espíritu.
Estos son algunos versículos que pueden ayudar a discernir lo que es apropiado para un cristiano cuando ve la televisión:
Mateo 5:28: "Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón".
Mateo 6:22-23: "La lámpara del cuerpo es el ojo; así que, si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno de luz; pero si tu ojo es maligno, todo tu cuerpo estará en tinieblas. Así que, si la luz que en ti hay es tinieblas, ¿cuántas no serán las mismas tinieblas?".
Romanos 12:2: "No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta".
Romanos 13:13-14: "Andemos como de día, honestamente; no en glotonerías y borracheras, no en lujurias y lascivias, no en contiendas y envidia, sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne".
Filipenses 4:8: "Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad".
1 Tesalonicenses 5:21-22: "Examinadlo todo; retened lo bueno. Absteneos de toda especie de mal".