Pregunta: ¿Debería un cristiano involucrarse con cosplay?
Respuesta:
«Cosplay» (o cos-play) es la abreviatura de “juego de disfraces”. Consiste en disfrazarse de un personaje real o ficticio, normalmente de un videojuego, cómic, programa de televisión, película o incluso de la historia. Los cosplayers suelen reunirse en convenciones de ciencia ficción, videojuegos o anime/manga, pero también les gusta asistir a ferias renacentistas y recreaciones históricas. Algunos participan por diversión o para competir en concursos, a otros se les paga para publicitar un producto, como un videojuego o un cómic, mientras que unos pocos se disfrazan para promocionar su propio negocio de suministro de disfraces.
Los disfraces de cosplay varían. Muchos se basan en personajes preexistentes, mientras que otros son adaptaciones de un género. También es habitual combinar uno o más géneros o personajes, por ejemplo, un Darth Vader steampunk. La calidad varía, ya que algunos cosplayers se ponen unas orejas y una cola y lo consideran bueno, mientras que otros se gastan cientos de dólares y varias semanas en confeccionar a mano un solo disfraz.
No hay nada inherentemente antibíblico en disfrazarse con un grupo de personas. Muchas de las consideraciones son las mismas que para otros pasatiempos (ver 1 Corintios 10:31). El cosplay puede ser muy caro; un traje hecho a medida puede costar varios cientos de dólares. La mayoría de los cosplayers confeccionan parte o la totalidad de su disfraz, lo que puede llevar mucho tiempo. Cuando se incluyen los viajes, hoteles y entradas a convenciones, el cosplay puede absorber tiempo y dinero que podría ser utilizado para mejores propósitos.
Los cristianos también deben tener en cuenta algunos problemas más específicos del cosplay. Muchos de los disfraces femeninos de ciencia ficción, fantasía y anime son muy reveladores, ya sean cortos o ajustados. No hace falta decir que las mujeres cristianas no deben elegir un disfraz que sea abiertamente sexual (1 Timoteo 2:9), y los hombres cristianos no deben asistir a un evento si consideran que tales disfraces les distraen (Romanos 13:14). Además, es natural que ponerse un disfraz anime a una persona a actuar de maneras que normalmente no actuaría; incluso si el disfraz hace que el cosplayer sea irreconocible, un cristiano siempre debe actuar de una manera que glorifique a Dios. Los cristianos también deben tener cuidado con el personaje que representan, manteniéndose alejados de cualquier cosa relacionada con demonios o que apoye abiertamente un estilo de vida no cristiano.
El cosplay no es del todo malo. El nivel de artesanía eleva muchos disfraces a una forma de arte. El cosplay puede ser una actividad familiar, ya sea que los padres apoyen el pasatiempo de sus hijos o que toda la familia se disfrace para una Feria del Renacimiento. La comunidad cosplay puede ser muy solidaria, ya que los jugadores intercambian consejos de fabricación y animan a los recién llegados. Incluso hay oportunidades para compartir a Cristo con otros jugadores.
Que un cristiano se involucre en el cosplay es una decisión personal. Disfrazarse para un festival renacentista o un baile steampunk es una diversión inofensiva. Vestirse como un personaje demoníaco de anime o como Slave-Leia en una convención de cómics, sin embargo, no es una buena elección. Como con cualquier tipo de entretenimiento, los cosplayers deben buscar la voluntad de Dios ante todo.