Pregunta: ¿Es incorrecto para una familia cristiana utilizar los servicios de cuidados paliativos?
Respuesta:
Los cuidados paliativos son un programa diseñado para ofrecer consuelo y apoyo a las personas en las fases finales de una enfermedad terminal. Los cuidados paliativos se centran en el control del dolor y la calidad de vida, más que en la recuperación. Los cuidados paliativos pueden prestarse en un centro hospitalario o en el propio domicilio del paciente. La mayoría de las organizaciones de cuidados paliativos ofrecen tanto personal de enfermería capacitado como asesores espirituales, proporcionando un capellán o consejero para la etapa final de la vida. Estos servicios pueden ser muy beneficiosos para las familias de pacientes terminales, sean cristianas o no. No hay nada malo en que una familia decida recurrir a los cuidados paliativos. Sin embargo, hay algunos aspectos de esta elección que hay que considerar en oración.
Cada programa de cuidados paliativos es diferente, por lo que las familias deben informarse cuidadosamente para determinar cuál es el más adecuado para ellas. La mayoría de las compañías de seguros cubren los cuidados paliativos, pero puede haber limitaciones de costes, de manera que los profesionales de la salud también deben consultar a sus compañías de seguros. Algunos proveedores de cuidados paliativos ofrecen servicios de bajo coste a quienes no tienen seguro.
Los cuidados paliativos tienen muchas ventajas. Permiten a los pacientes permanecer en la comodidad de su propio hogar durante sus últimos momentos de vida, sin dejar de recibir atención médica. Los cuidados paliativos también ofrecen apoyo continuo a las personas que cuidan al enfermo. Con enfermeras y trabajadores sociales que entran y salen del domicilio, los encargados de los cuidados tienen más acceso a personas que pueden responder a la cantidad de preguntas y dudas. Los problemas que surgen en los últimos momentos de la vida generan la necesidad de una serie de medicamentos y equipos, tales como oxígeno o una cama de hospital, y los centros de cuidados paliativos son recursos valiosos para cubrir esas necesidades. Cuando el paciente fallece, un médico o enfermero de cuidados paliativos guía a las personas encargadas de cuidar al paciente en los siguientes pasos.
Hay que tener en cuenta algunas consideraciones a la hora de elegir los servicios de cuidados paliativos. Antes de tomar la decisión, todos los afectados deben comprender que, al elegir los cuidados paliativos, el paciente renuncia a la posibilidad de curarse o de prolongar su vida. Los cuidados paliativos son sólo paliativos, no curativos. Si todos los miembros de la familia no están de acuerdo en que la enfermedad es terminal, las relaciones se pueden volver tensas o incluso hostiles.
Algunas familias pueden encontrar objeciones de otros cristianos diciendo que, al elegir los cuidados paliativos basándose en el pronóstico de un médico, no están confiando en Dios para la sanidad. Muchos cristianos bienintencionados pueden empeorar este momento difícil para el paciente y la familia, insistiendo en que Dios quiere sanar y que su elección de cuidados paliativos indica una falta de fe. Es importante que los amigos cristianos de los pacientes de los programas de cuidados paliativos nunca insinúen de ninguna manera que el paciente cristiano o su familia están desagradando a Dios o rechazando la sanidad porque eligieron los cuidados paliativos. La mayoría de los pacientes que aman al Señor buscaron Su sanidad mucho antes de elegir los programas de cuidados paliativos y se han entregado a Su amoroso cuidado. Este tipo de tratamiento es su manera de decir que se ponen en las manos del Señor para que los sane o se los lleve consigo a casa. Los enfermos terminales necesitan aliento y consuelo, no críticas que provengan de la arrogancia espiritual.
Otra consideración a tener en cuenta al escoger un programa de cuidados paliativos es que, si la familia elige un programa que no está bien organizado o que emplea a personas incompetentes o antipáticas, puede empeorar la tensión emocional. Afrontar la muerte inminente de un ser querido ya es bastante difícil como para tener que lidiar además con personal médico hostil o no cualificado en el propio hogar. Los últimos meses de una enfermedad terminal ponen los nervios de punta a todo el mundo, ya que quienes cuidan a un ser querido sienten la abrumadora responsabilidad de mantenerlo cómodo. Por lo tanto, es crucial que los proveedores de cuidados paliativos practiquen buenos modales con los pacientes y ofrezcan paciencia y compasión a quienes cuidan del paciente moribundo. Si un programa de cuidados paliativos no satisface las necesidades del paciente o de la familia, las personas encargadas de su cuidado deben elegir otro lo antes posible.
A la hora de decidir si elegir o no un servicio de cuidados paliativos, también es bueno tener en cuenta que, bajo la orientación de un servicio de cuidados paliativos, la mayor parte de los cuidados del paciente al final de su vida recaerán en un familiar sin formación médica. La idea de semejante responsabilidad puede resultar desalentadora para el cónyuge o para el familiar que sea el responsable principal de los cuidados. El miedo y la ansiedad aumentan con frecuencia, y esas inseguridades se transmiten luego al paciente, provocando fricciones y traumas emocionales. Antes de elegir un servicio de cuidados paliativos, las familias cristianas deben buscar al Señor y pedirle fortaleza para sobrellevar esa carga. Lo ideal sería que la mayor parte de los cuidados se repartiera entre varias personas, de modo que ninguna tenga que soportar toda la carga de los cuidados (Gálatas 6:2).
Existen centros cristianos de cuidados paliativos, y serían una sabia elección para las familias cristianas necesitadas. Los familiares se sienten mejor sabiendo que el capellán que consuela a su ser querido moribundo le está dando consejos bíblicos, y no trivialidades de otra religión. Los pacientes terminales tienen muchas preguntas sobre la vida después de la muerte, y un consejero cristiano puede tranquilizarlos con la Palabra de Dios o incluso guiarlos hacia una relación salvadora con Jesús. Primera de Tesalonicenses 4:13-18 es un consuelo al que todas las familias cristianas pueden aferrarse cuando un ser querido se va con el Señor. A diferencia de una hospitalización, los cuidados paliativos pueden proporcionar a las familias cristianas la libertad de cantar, orar, adorar y leer las Escrituras en el entorno familiar del hogar, creando un ambiente más pacífico mientras su ser querido deja este mundo.