Respuesta:
En un tiempo, Demas había sido uno de los "colaboradores" de Pablo en el ministerio del evangelio, junto con Marcos, Lucas y otros (Filemón 1:24). Durante el primer encarcelamiento de Pablo en Roma, Demas también estaba en Roma (Colosenses 4:14).
También hay evidencia bíblica de que Demas estuvo con Pablo durante el segundo encarcelamiento de Pablo en Roma, al menos por un tiempo. Luego sucedió algo. Demas abandonó a Pablo, dejó el ministerio y se fue de la ciudad. Pablo escribió sobre la triste situación: "Demas me ha desamparado, amando este mundo, y se ha ido a Tesalónica" (2 Timoteo 4:10).
El verbo griego utilizado en el original implica que Demas no solo había dejado a Pablo, sino que lo había dejado "plantado"; es decir, Demas había abandonado a Pablo en un momento de necesidad. El apóstol estaba en prisión, enfrentándose a una sentencia de muerte, y fue entonces cuando Demas optó por marcharse. Sin duda, Pablo se sintió profundamente defraudado por Demas. Nunca es fácil ver que un amigo y colaborador en quien has depositado tu confianza te abandona en medio de las dificultades.
No obstante, cuando Demas abandonó a Pablo, la separación no fue meramente espacial, sino espiritual. Demas abandonó Roma porque se enamoró del mundo. En otras palabras, Demas escogió el corrupto sistema de valores del mundo no salvo sobre lo que el cielo valora. Como lo traduce la NLT, Demas "ama las cosas de esta vida" (2 Timoteo 4:10). No sabemos los detalles de la situación de Demas, pero es evidente que Demas decidió que lo que Satanás tiene para ofrecer en esta vida es mejor que lo que Dios tiene para ofrecer en la próxima.
Hay mucho que decir a favor de la opinión de que Demas, enamorado del mundo actual, nunca fue un creyente nacido de nuevo en Jesucristo. Pablo hace un marcado contraste en 2 Timoteo 4:8 y 10. En el versículo 8, Pablo habla de los que aman al Señor: "me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor...a todos los que aman su venida". Demas, en contraste con los que aman el regreso de Jesús, amaba el mundo presente (versículo 10). Primera de Juan 2:15 es clara acerca del estado espiritual de los que aman al mundo: "No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él". En ninguna parte de la Biblia leemos sobre la restauración de Demas.
Hoy en día, la tragedia de Demas la siguen viviendo aquellos que eligen los beneficios temporales de este mundo en lugar de las riquezas eternas del cielo. Todavía hoy hay quienes parecen recibir la Palabra, pero luego "el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa" (Mateo 13:22). El servicio pasado no es garantía de fidelidad futura; debemos depender del Señor, nuestra Fortaleza (Salmo 28:8). Debemos nacer de nuevo (Juan 3:3); de lo contrario, no tenemos fundamento de fe. "Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros" (1 Juan 2:19; cf. Mateo 7:22-23).
