Pregunta: "¿Cómo puedo recuperarme de un desamor / un corazón roto?"
Respuesta:
El diccionario define el corazón roto como "pena, angustia o aflicción aplastantes". En el mundo de hoy, el término corazón roto suele describir a alguien que ha sufrido el fracaso de una relación o la pérdida de un ser querido. Una mirada por Internet hace pensar que casi todos los corazones rotos se producen por un divorcio o por el abandono de un enamorado. Pero un corazón roto puede ser provocado por una infinidad de causas, tales como la decepción por el estilo de vida de un hijo, la pérdida de un bien, la pérdida de un trabajo, etc. Sea cual sea la causa, el dolor de un corazón roto puede ser muy grande.
Los consejos del mundo para afrontar el dolor son: escribir una carta de enojo y romperla, ir de compras, hacer un cambio de imagen, tomar vino, comer chocolate, consumir medicamentos, etc. Algunos defienden el poder del pensamiento positivo. La "cura" más común es el tiempo. El mundo se centra en los sentimientos, pero Dios mira el corazón (1 Samuel 16:7). Mientras que el no cristiano puede sentir que disminuye la profundidad del dolor, sólo el cristiano puede experimentar una recuperación completa porque sólo el cristiano tiene acceso al poder del Espíritu de Dios, que es el único que "sana a los quebrantados de corazón y venda sus heridas" (Salmo 147:3).
Los hechos ocurridos en la vida de Job pueden ser el primer registro bíblico de sufrimiento. En un solo día, Job perdió a sus hijos, casi todas las posesiones materiales, su salud y sus medios de supervivencia. ¿Cuál fue la respuesta de Job? "Entonces Job se levantó, y rasgó su manto, y rasuró su cabeza, y se postró en tierra y adoró, y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. El Señor dio, y el Señor quitó; sea el nombre del Señor bendito". (Job 1:20-21). Job se afligió. A pesar de ello, adoró a Dios y permaneció fiel. Aunque tuvo dudas sobre la bondad de Dios en estos terribles sucesos, a través de la prueba se acercó más a Dios gracias a la revelación que Dios hizo de sí mismo (Job 42:1-5). Job aprendió lo que todos los creyentes pueden aprender a través de la angustia: Dios es fiel, bueno y digno de confianza.
David, un hombre conforme al corazón de Dios, sufrió muchas circunstancias dolorosas. Cada vez se recuperó y se convirtió en un hombre de Dios mucho más fuerte. El Salmo 34 da un ejemplo de cómo David superó la angustia clamando al Señor. Notemos el primer paso: "Busqué al Señor, y él me oyó,
y me libró de todos mis temores" (Salmo 34:4). David sabía que "Cercano está el Señor a los quebrantados de corazón; y salva a los contritos de espíritu" (Salmo 34:18). Por último, expresó una confianza en el amor de Dios la cual todo creyente debería tener: "Muchas son las aflicciones del justo, pero de todas ellas le librará el Señor" (Salmo 34:19).
Uno podría preguntar en un momento de desesperación: "Pudo haber ayudado a David, pero ¿Dios se preocupa por mí?". La respuesta es que ¡sí le importo! "El que no escatimó ni a Su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?" (Romanos 8:32). Qué gran consuelo es saber que Dios dice "No te desampararé, ni te dejaré" (Hebreos 13:5). Dios siempre está cerca para consolar al creyente. "Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de las misericordias y Dios de toda consolación, que nos consuela en toda nuestra aflicción" (2 Corintios 1:3-4). Dios, que no puede mentir, ha prometido acompañarnos en nuestras pruebas. "Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y por los ríos, no te anegarán; cuando pases por el fuego, no te quemarás, y la llama no te consumirá" (Isaías 43:2).
Dios jamás ha fallado a ninguno de los de Su pueblo cuando han clamado a Él, y no fallará al cristiano que clame a Él hoy con el corazón roto. Puede que no siempre responda en la forma que nos gustaría, pero responde de acuerdo a Su perfecta voluntad y tiempo y, mientras esperamos la respuesta, Su gracia es suficiente (2 Corintios 12:9).
Por último, los que son de Cristo y están soportando la angustia deben saber que Dios los ama y que su amor es incondicional. Imagina el dolor que Dios el Padre soportó mientras era testigo de la crucifixión de Su Hijo en la cruz. ¡Qué amor tan asombroso! Ese mismo Dios está ahí para consolar a los quebrantados de corazón y restaurar el gozo de su salvación.