Pregunta: ¿Por qué se describe a Dios como Dios Altísimo?
Respuesta:
Dios Altísimo, o algunas veces SEÑOR Altísimo, son términos usados a lo largo de la Biblia para describir al SEÑOR, Creador del cielo y la tierra. El Salmo 57:2 dice, "Clamaré a Dios Altísimo, Al Dios que me favorece". Las palabras hebreas que se traducen con mayor frecuencia como "Dios Altísimo" son Elohim (o El) Elyown, que literalmente significa "Dios Altísimo" (Génesis 14:22; Salmo 78:35). En el título SEÑOR Altísimo, las palabras hebreas son Elohim Yahweh. Describimos a los objetos de exaltación como más "altos" que nosotros: más altos en rango, en título, en belleza, en posición o en inteligencia. Incluso se habla de la autoridad en términos de altura, desde los altos cargos hasta el trabajador común. La altura transmite la idea de superioridad en poder, fuerza y autoridad. Así que Dios Altísimo o el SEÑOR Altísimo significa que no hay dios, ídolo o ser creado que deba ser adorado o exaltado por encima de Yavé, el SEÑOR, porque Él es superior en todos los sentidos.
Daniel 4:2 dice, "Conviene que yo declare las señales y milagros que el Dios Altísimo ha hecho conmigo". En esta ocasión el término Dios Altísimo se traduce de las palabras hebreas Yahvé Illay, que significan "el más alto SEÑOR". En otros lugares, la palabra hebrea al o el se usa sola para significar "Dios Altísimo", un significado que queda claro en el contexto. En el griego del Nuevo Testamento, las palabras Theou hypsistou (Lucas 8:28; Hebreos 7:1) se traducen "Dios Altísimo". La clara implicación en todos los términos utilizados para describir a Dios es que Él es el objeto más elevado posible de nuestra adoración. Los dioses hechos por el hombre no pueden competir con Él en ningún nivel y, por lo tanto no deben ser adorados (Deuteronomio 27:13; Apocalipsis 9:20).
Cuando Dios reveló por primera vez el nombre por el que sería llamado, le dijo a Moisés que Él era "YO SOY el que SOY" (Éxodo 3:14), de donde obtenemos el nombre Yavé, a veces traducido como "Jehová". La autodescripción de Dios significa que el Señor es incomparable y autosuficiente. Él simplemente ES. No se parece a nada ni a nadie. En 1 Samuel 5:1-8, el Señor muestra de manera inequívoca que Él es Dios Altísimo. Después de que los filisteos capturaron el Arca del Señor, la colocaron junto a su ídolo, Dagón, en su templo. Al día siguiente, Dagón había caído, en esencia inclinándose ante el Señor Altísimo. Los filisteos volvieron a colocar su ídolo y, al día siguiente, había vuelto a caer, esta vez rompiéndose la cabeza y las manos. El Señor Altísimo estaba demostrando al mundo que ningún dios puede estar a su lado o por encima de Él.
Sorprendentemente, Dios Altísimo nos invita a conocerle. El primer paso para conocer a Dios Altísimo es reconocer que existe (Hebreos 11:6). El siguiente paso es reconocer Su posición en relación con todo lo demás (Isaías 46:9-11; Éxodo 20:3). No podemos conocerle si intentamos colocarle junto a otros dioses en nuestras vidas. Y luego debemos elegir amarlo y obedecerlo como Señor de nuestras vidas personales (Génesis 5:24; Isaías 46:9; 2 Crónicas 14:2). Lo hacemos reconociendo a Jesucristo como Dios Altísimo que vino en carne para recibir el castigo que merecemos (Juan 14:6; 20:28; 2 Corintios 5:21). Aunque Yavé existe como Dios Altísimo, lo reconozcamos o no, podemos disfrutar de Él como Dios Altísimo en nuestras propias vidas cuando lo buscamos voluntariamente (Jeremías 29:13).
