Respuesta:
Un narcisista es una persona que está obsesionada consigo misma. Llamar a alguien narcisista se considera un insulto, ya que ningún ser humano tiene el derecho de ser egocéntrico. Normalmente, los narcisistas son vistos como personas que tienen algún tipo de deficiencia o patología que les hace ver la vida solo desde su perspectiva. Esto no se puede decir de Dios, porque Él no tiene deficiencias ni patologías.
Algunos afirman que Jesús era un narcisista, basándose en pasajes como Mateo 10:37-39: "El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí; y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí. El que halla su vida, la perderá; y el que pierde su vida por causa de mí, la hallará". Si esta afirmación viniera de un mortal con una naturaleza pecaminosa, indicaría un ego fuera de control. Pero viniendo del perfecto Hijo del Hombre, Dios encarnado, es perfectamente apropiada.
Otros señalan el hecho de que Dios exige adoración o que muestra celos como pruebas de Su egolatría. Sin embargo, como Creador del cielo y la tierra (Génesis 1:1), Él es dueño de todo. Dado que Dios es todopoderoso, perfecto y digno de toda alabanza, no hay nada malo en que diga que deberíamos enfocar nuestras vidas en adorarlo, servirlo y renunciar a todo para seguirlo. Como Dios, está perfectamente justificado al exigir adoración. El Gran Mandamiento dice: "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento" (Mateo 22:37-38).
Incluso en Su "santo egocentrismo", Dios muestra amor y cuidado por los demás. Dios amó tanto al mundo que "ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna" (Juan 3:16). Dios mostró el mayor amor posible enviando a Su propio Hijo a vivir, morir y resucitar para darnos la oportunidad de tener vida eterna. Jesús vivió una vida desinteresada ayudando a los demás.
Además, Dios es perfecto y, por lo tanto, carece de cualquier deficiencia (Mateo 5:48). Sus obras son perfectas (Deuteronomio 32:4; 2 Samuel 22:31), Su conocimiento es perfecto (Job 36:4, 37:16), Sus palabras son perfectas (Salmos 18:30), Sus leyes son perfectas (Salmos 19:7), Su belleza es perfecta (Salmos 50:2; Ezequiel 16:14), Su fidelidad es perfecta (Isaías 25:1), Su voluntad es perfecta (Romanos 12:2), y Su amor es perfecto (1 Juan 4:18). No hay imperfección en Él o en ninguno de Sus caminos.
Sí, Dios tiene un "ego"; es decir, tiene conciencia de sí mismo. Pero no es un narcisista; él es perfecto en Sí mismo y por Sí mismo. Solo Él es digno de toda alabanza, y los seres humanos que intentan usurpar Su autoridad o robar Su gloria son los verdaderos narcisistas.