Pregunta: ¿Qué significa que Dios es nuestro sustentador?
Respuesta:
A lo largo de las Escrituras, se describe a Dios como aquel que sostiene todas las cosas (Hebreos 1:3). Sustentar algo significa darle fortaleza, protección, aliento y consuelo. Dios sustenta con un poder que supera al de cualquier ser humano.
Cuando una persona acepta el don gratuito de la salvación por medio de Jesucristo, se convierte en hijo de Dios al ser adoptado en Su familia (Romanos 8:15). Dios sostiene a Sus hijos en tiempos difíciles, como dice el Salmo 54:4, "He aquí, Dios es el que me ayuda; El Señor está con los que sostienen mi vida". Él fortalece, protege, alienta y consuela. Nuestras fuerzas eventualmente nos fallarán, y Dios es el único que puede sostener nuestras fuerzas para resistir (Salmo 18:39).
Los seres humanos son finitos, lo que significa que sólo tenemos un límite de fuerza y energía por nosotros mismos. Dios es sin límites, infinito (Salmo 90:2), y eso significa que Su fortaleza también es infinita (1 Corintios 1:25).
Muchos salmistas registraron su dependencia de Dios. Expresaron la necesidad de que Dios los sostuviera, a menudo en momentos de cansancio o angustia. Por ejemplo, en el Salmo 63:1, David escribe acerca de sus enemigos que intentan matarlo en una “tierra seca y árida donde no hay aguas”, pero encuentra que el Señor lo sostiene: “Está mi alma apegada a ti; Tu diestra me ha sostenido” (versículo 8). Consulta también el Salmo 18:35, el Salmo 41:12 y el Salmo 89:21.
Podemos intentar obtener fortaleza de las cosas de este mundo, pero estas cosas siempre nos van a decepcionar y nos dejarán más vacíos y cansados que cuando empezamos. Nada creado puede sostenerse a sí mismo, y mucho menos al resto de la creación. Solo el Creador puede hacer eso: "Todas las cosas en él subsisten" (Colosenses 1:17).
Cuando sentimos que nos estamos desmoronando o que ya no tenemos nada más que dar, debemos recurrir a la única fuente de fortaleza inagotable y sustentadora. Dios es el sustentador, y quiere que acudamos a Él en busca de ayuda (Salmo 55:22). Dios no da de mala gana, sino generosamente (Efesios 1:18-19).
Dios no solo nos sostiene como individuos en tiempos de angustia, sino que también mantiene todas las cosas en el universo (Hebreos 1:3). Las leyes físicas que mantienen unida la materia, que mantienen a los planetas en sus posiciones y que unen a las personas a la tierra, se sostienen en y a través de Jesús (Colosenses 1:17). El mismo Dios que mantiene los planetas alineados también te sostiene en Sus manos. Cuando la vida se hace demasiado pesada para enfrentarla por ti mismo, confía en el Señor. Somos parte de Su creación, lo que significa que Dios sabe exactamente cómo sostenernos también.
