Pregunta: ¿Qué quiere decir David cuando afirma: "Me guía por senderos de justicia" (Salmo 23:3)?
Respuesta:
Para el alma que necesita restauración, el Salmo 23 es quizá el lugar más reconfortante al que puede acudir en toda la Biblia. El rey David, que de niño había cuidado los rebaños de su padre, llegó a conocer a Dios como el pastor de su vida. En el Salmo 23:3, David declara del Señor: "Él restaura mi alma. Me guía por senderos de justicia por amor de Su nombre" (NBLA).
David escribió este salmo durante un tiempo de renovación o avivamiento espiritual. "Él renueva mis fuerzas", dice la Nueva Traducción Viviente; "me infunde nuevas fuerzas", afirma la Nueva Versión Internacional. Como una oveja que carece del típico sentido animal de la orientación, David había perdido el rumbo. Se había desviado del camino correcto.
Pero aquí, David afirma: "Me guía por senderos de justicia". Las principales tareas del pastor en el cuidado de su rebaño eran guiar a las ovejas por el camino correcto, hacia la comida y el agua, y ahuyentar a los depredadores. El pastor era responsable del bienestar y la seguridad de las ovejas.
La palabra senderos en el Salmo 23:3 se refiere al "curso de conducta" de uno. La palabra "justicia" en el idioma original significa "adherirse a normas morales como la honestidad, la justicia y la rectitud". Al igual que un pastor guía a sus ovejas por el camino correcto, Dios conduce eficazmente a Su pueblo por la senda correcta mediante Su Palabra y a través de la guía del Espíritu Santo (Salmo 19:7; 119:105; Isaías 59:21; 63:11-14; Romanos 8:14). Dios hace todo esto "por amor de Su nombre" o, en otras palabras, para dar honor y gloria a Su nombre.
En el antiguo Israel, el nombre de una persona estaba inseparablemente ligado a su reputación y posición. Dios nos guía por senderos de justicia porque es un pastor justo: "Porque Tú eres mi roca y mi fortaleza", reconoció David, "y por amor de Tu nombre me conducirás y me guiarás" (Salmo 31:3, NBLA).
En el Salmo 5:8, David oró: "Señor, guíame en Tu justicia por causa de mis enemigos; Allana delante de mí Tu camino" (NBLA). Como guía de nuestra vida, el Señor nos asegura una dirección impecable por caminos rectos. Él es el mejor compañero de viaje. Como un guía de viaje profesional, pone en juego Su nombre y su reputación para garantizar nuestra protección y nuestra llegada segura al destino prometido (Salmo 23:6).
Los "senderos de justicia" representan el viaje que conduce a la vida eterna (Salmo 16:11). Proverbios 12:28 asegura: "En el camino de la justicia está la vida; Y en sus caminos no hay muerte". El Señor vela por los que caminan por estos senderos (Salmo 1:6). Como dice el proverbio: "Mas la senda de los justos es como la luz de la aurora, Que va en aumento hasta que el día es perfecto" (Proverbios 4:18).
Los creyentes son hechos justos por la fe en Jesucristo (Romanos 1:17; Gálatas 3:11; Efesios 2:8-9). Por la fe, entramos en relación con el único Dios verdadero a través de Jesucristo, Su Hijo. Por medio del Espíritu Santo, nuestro Buen Pastor nos guía por senderos de justicia (2 Corintios 5:7; Juan 17:3; 1 Juan 2:25).
Se sabe que las ovejas se desvían del camino, y lo mismo ocurre con los cristianos. Sin embargo, aunque un creyente caiga en el pecado, como David con Betsabé (2 Samuel 11:1-12:15), el Señor se compromete a guiarlo de nuevo por el buen camino. El Buen Pastor va tras la única oveja perdida (Lucas 15:1-7). El Padre espera el regreso del hijo pródigo (Lucas 15:11-32). El Señor nos muestra nuestros caminos equivocados para que nos arrepintamos y nuestras almas sean restauradas. "Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad" (1 Juan 1:9).
El discípulo Pedro es un excelente ejemplo de un seguidor descarriado que fue buscado por el Buen Pastor, Jesucristo, nuestro Señor (Lucas 22:58-62). Después de caer, Pedro, como David, fue perdonado y restaurado por el Señor (Juan 21:15-19).
Según las Escrituras, los senderos de justicia son los más seguros (Proverbios 4:11-12; 10:2, 9). Estos senderos son, en última instancia, avenidas de seguridad, sabiduría, justicia, vida recta, integridad y bendiciones eternas (Isaías 42:16; Salmo 119:35; Proverbios 8:20; 11:3). Son "caminos deleitosos" y "veredas de paz" (Proverbios 3:17).