Pregunta: ¿Qué significa que le amamos a él, porque él nos amó primero (1 Juan 4:19)?
Respuesta:
Juan hace la contundente afirmación de que "le amamos a él, porque él nos amó primero" (1 Juan 4:19) en una sección en la que está escribiendo sobre cómo deberíamos expresar el amor de Dios a los demás. Un poco antes, dice que "si Dios nos ha amado así, debemos también nosotros amarnos unos a otros" (1 Juan 4:11). Juan explica que hemos llegado a conocer (por experiencia) y a creer en el amor ágape que Dios nos tiene (1 Juan 4:16), y por ello se espera que actuemos de acuerdo con ese amor. Si el amor se origina en Dios, entonces el que camina con Dios debe demostrar amor (1 Juan 4:17).
Pero, ¿qué clase de amor deberíamos estar expresando, y con qué clase de amor "le amamos a Él porque Él nos amó primero" (1 Juan 4:19)? Su amor se ha completado (o perfeccionado) en nosotros, en cuanto que tenemos confianza en el día del juicio. Su amor nos ha guardado (por Su gracia a través de la fe en Jesucristo) de la condenación-esa clase de amor que salva vidas es lo que Él nos ha mostrado y es lo que se espera que nos mostremos unos a otros. Ese tipo de amor está libre de temor, porque no hay castigo en nuestro futuro (1 Juan 4:18). Su amor nos ha dado una gran confianza, porque nos ha quitado el temor.
"Le amamos a él, porque él nos amó primero" (1 Juan 4:19). El amor dio el primer paso; nuestro amor por Dios es simplemente una respuesta a Su amor por nosotros. Tenemos la capacidad de amar, entendiendo ahora lo que es realmente el amor y cómo podemos expresarlo sin temor, porque Él nos amó primero, o sea, porque Él nos modeló cómo es el amor. Como dijo Juan un poco antes, hemos llegado a conocer y creer Su amor (1 Juan 4:16), así que no somos ignorantes ni incapaces de mostrar Su clase de amor a los demás. De hecho, amar a nuestro hermano no es solo una expectativa; es un imperativo.
Le amamos a él, porque él nos amó primero (1 Juan 4:19), y porque Él nos amó primero, podemos y debemos amar a los demás. Si uno afirma amar a Dios, a quien no hemos visto, pero no ama a su hermano, a quien sí hemos visto, entonces Juan dice que esa persona miente (1 Juan 4:20). Si no amamos a nuestro hermano, no estamos amando a Dios. Juan va más allá, recordando a sus lectores el mandamiento de Jesús de que amemos a nuestro hermano (1 Juan 4:21). Juan refuerza la lógica del amor cuando afirma que el creyente en Jesús ha nacido de Dios, y cualquiera que ame al Padre debe obviamente amar al hijo nacido del Padre (1 Juan 5:1). No tendría sentido, pues, que un creyente no amara a su hermano en Cristo. Juan lo explica también desde otro ángulo: cuando amamos a Dios y observamos Sus mandamientos, podemos saber que amamos a los hermanos (1 Juan 5:2).
Amar a Dios significa obedecerle, sobre todo teniendo en cuenta que Sus mandamientos no son gravosos (1 Juan 5:3). Juan nos recuerda que nuestro amor debe ser un amor sincero, como el amor que el Padre nos tiene. No debemos amar simplemente con palabras, sino con sinceridad en nuestras obras (1 Juan 3:18). Amar de verdad y con sinceridad es tan importante que Juan lo enumera como el siguiente paso lógico después de creer en Jesús: "Y este es su mandamiento: Que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo, y nos amemos unos a otros como nos lo ha mandado" (1 Juan 3:23). Ahora bien, Dios no nos ha dicho simplemente que hagamos algo que Él no estaba dispuesto a hacer primero, sino que "le amamos a él, porque él nos amó primero" (1 Juan 4:19).