Pregunta: ¿Deberían los evangélicos y los católicos estar juntos en lugar de separados?
Respuesta:
Antes de considerar preguntas acerca de los evangélicos y los católicos, necesitamos definir algunos términos. Evangélico es un término relativamente nuevo y que rápidamente está perdiendo su significado. Proviene de la palabra griega euangelion, que significa "buenas noticias" o "evangelio", y los evangélicos incluyen a todos aquellos dentro del protestantismo que profesan a Jesús como Señor y Salvador, enfatizan una relación personal con Cristo, y creen que están llamados a difundir esas buenas noticias a todos (Mateo 28:19–20). Esa ideología se expresa en muchas formas y a través de muchas iglesias, como las baptistas, metodistas, pentecostales e independientes. Pero el evangelicalismo no es una denominación en sí; estaba destinado a representar a todos los creyentes nacidos de nuevo en todo el mundo, a aquellos a quienes la Biblia llama el "cuerpo de Cristo" (1 Corintios 12:27) o "la iglesia" (Colosenses 1:18, 24; Efesios 1:23; Hechos 15:30).
Sin embargo, los católicos ven su organización particular como la única iglesia verdadera y a todos los no católicos como desobedientes. Por tanto, el concepto de católicos y evangélicos adorando juntos tiene problemas desde el principio. Las diferencias entre el catolicismo y el evangelicalismo son reales, como quedó claro en la Reforma. Los evangélicos citan las muchas ideas y prácticas no bíblicas del catolicismo como razón suficiente para ver a los católicos con escepticismo. Si bien existen cristianos nacidos de nuevo sólidos dentro de la iglesia católica, y hay personas no salvas dentro de la comunidad evangélica, las teologías y prácticas son tan opuestas que la cooperación espiritual o eclesiástica es difícil, si no imposible. Para fusionar iglesias, los católicos tendrían que dejar de ser católicos y los evangélicos tendrían que pasar por alto las muchas prácticas católicas no bíblicas. Para ambos, evangélicos y católicos, dicho compromiso supondría una violación de la conciencia.
Siempre debemos buscar la paz y la armonía cuando hacerlo no violará la verdad de Dios (Romanos 12:18). Hay muchos temas sociales en los que los católicos y los evangélicos están de acuerdo, como el aborto, la homosexualidad, la moralidad y la ayuda a los pobres. Debemos esforzarnos por trabajar juntos para el bien común siempre que sea posible. Un evangélico no debe negarse a servir en un comedor de beneficencia porque el cocinero es católico. Y un católico debería estar dispuesto a unir su voz con los evangélicos para oponerse al aborto a demanda. De estas formas, los católicos y los evangélicos pueden trabajar juntos.
Todas las personas de fe deberían investigar las costumbres y prácticas religiosas que les han transmitido y negarse a conformarse con algo que no sea la verdad inalterada de Dios. Aquellos que fueron criados católicos pueden no haber tenido la oportunidad de examinar las creencias que les inculcaron. Y aquellos criados dentro de iglesias evangélicas no deberían asumir que están bien con Dios simplemente porque se adhieren a las cinco solas de la Reforma. Hacerlo es seguir el mismo patrón de religiosidad seguido por los católicos no convertidos.
Ya sea católico o evangélico, todos debemos acercarnos a Dios de la misma manera, o no podemos acercarnos en absoluto. No venimos a Él a través de un santo, María, o el bautismo. No nos hacemos bien con Dios recitando oraciones memorizadas, siguiendo rituales, o asistiendo a la iglesia o a la misa. Debemos acercarnos a Él humildemente confesando nuestro pecado y entregando nuestras vidas al señorío de Jesús (Juan 14:6; 15:14). Debemos creer que Jesucristo es el Hijo de Dios, que dio su vida en una cruz para pagar por nuestro pecado, y que Dios lo resucitó de entre los muertos (Romanos 10:9–10; 1 Corintios 15:2–5; Juan 3:16–18).
Encontrar una iglesia que nos ayude a crecer no es parte de garantizar nuestra salvación, pero es parte de la obediencia y una forma de permanecer arraigados en la verdad (Hebreos 10:25). A medida que aprendemos la Palabra de Dios, estamos mejor equipados para discernir si las enseñanzas de nuestra iglesia están siguiendo las Escrituras. Cuando una iglesia, ya sea católica o evangélica, añade o quita de la Palabra inspirada de Dios, deberíamos buscar otra iglesia.