Respuesta:
La Fiesta de la Dedicación, que una vez también se llamó la Fiesta de los Macabeos, era un festival de invierno de ocho días que los judíos celebraban en el mes de diciembre o a veces a fines de noviembre, dependiendo de cuándo ocurriese en el calendario lunisolar judío. Hoy, este festival se llama Janucá o la Fiesta de las Luces.
La historia de la Fiesta de la Dedicación se remonta al período intertestamentario y a la Revuelta Macabea. Después que el rey seléucida Antíoco Epífanes profanara el templo judío y obligara a los judíos a abandonar sus sacrificios y adoptar rituales paganos, un grupo de luchadores por la libertad judíos se levantó, desafió al opresivo régimen pagano y derrocó a los seléucidas. El templo en Jerusalén fue re-dedicado a Dios; desde entonces, la Fiesta de la Dedicación se ha celebrado para conmemorar este significativo evento en la historia judía.
La Fiesta original de la Dedicación involucró un milagro, según la tradición rabínica. Cuando los judíos volvieron al templo, solo pudieron encontrar una pequeña jarra de aceite de oliva sellada que no había sido profanada ni contaminada por los seléucidas. Usaron esto para encender la menorá en el templo, y aunque el aceite solo era suficiente para durar un día, milagrosamente duró ocho días, tiempo suficiente para preparar más aceite. Esta es la razón por la cual Janucá dura ocho días.
La Biblia menciona la Fiesta de la Dedicación por su nombre en el Evangelio de Juan. "Celebrábase en Jerusalén la fiesta de la dedicación. Era invierno, y Jesús andaba en el templo por el pórtico de Salomón" (Juan 10:22–23). Este es el escenario en el cual Jesús reclama Su unicidad con el Padre, por lo que los judíos incrédulos intentan aprehenderlo y apedrearlo (versículos 24-39).
La Fiesta de la Dedicación, con sus raíces en el milagro de la menorá, siempre ha estado asociada con las luces; a veces se la llama la Fiesta de las Luces. Iluminar casas y sinagogas es una tradición que probablemente se heredó de la Fiesta de los Tabernáculos. La recitación del Salmo 30:1–12 es también una parte importante de la Fiesta de la Dedicación debido a sus temas de victoria dada por Dios sobre los enemigos y el reemplazo del luto y la tristeza con esperanza y alegría (Salmo 30:5, 11).
Janucá, o la Fiesta de la Dedicación, no es una de las fiestas instituidas por Dios a través de Moisés como parte de la Ley. Esto no quiere decir, sin embargo, que la fiesta sea antibíblica o desagradable para Dios. Desde Daniel hasta los discípulos de Jesús hasta los judíos perseguidos bajo el poder de Hitler y los cristianos perseguidos en Oriente, tanto judíos como cristianos tienen una larga historia de mostrar un coraje extraordinario frente a una intensa persecución, al igual que lo hicieron los judíos durante la opresión seléucida. La Fiesta de la Dedicación trata sobre la oscuridad de la persecución y la luz de Dios que guía a su pueblo a través de las tinieblas de esas noches figurativas con una promesa de alegría por la mañana (Salmo 30:5).
La mayoría de los judíos hoy en día no creen en Jesucristo como la encarnación de Yavé. Sin embargo, los macabeos eran seguidores de Yavé, y los discípulos de Jesús seguían siendo judíos, incluso aunque creían que el Gran Yo Soy se había revelado en la persona de Jesús (Éxodo 3:14; Juan 8:58). El cristianismo tiene sus raíces en el judaísmo, y los cristianos pueden mirar a la Fiesta de la Dedicación como una celebración de la protección de Dios y la victoria que da a Su pueblo fiel que está dispuesto a continuar adorándolo valientemente frente a la persecución.
