Respuesta:
Habacuc fue un profeta que escribió el libro bíblico que lleva su nombre. Su libro se cuenta entre los profetas menores y es único por incluir una doxología (Habacuc 3). Se sabe muy poco sobre Habacuc y su vida, salvo lo que se menciona en su breve libro. Incluso hay desacuerdo sobre el significado de su nombre, si significa "abrazador" o "abrazado". Algunos comentaristas han especulado que Habacuc es el hijo de la sunamita, a quien Eliseo dijo que "abrazaría" (2 Reyes 4:16) y que más tarde resucitó de entre los muertos (versículos 32-37). Aunque es una teoría interesante, no hay forma de probar que el hijo de la sunamita creciera hasta convertirse en el profeta que conocemos como Habacuc.
Dado que Habacuc profetizó sobre los babilonios y la destrucción de Jerusalén (Habacuc 1:6), la mayoría de los eruditos bíblicos creen que el libro de Habacuc fue escrito en algún momento de los años 600 a.C., posiblemente alrededor del año 605. Basándose en el contenido de su profecía, muchos eruditos lo sitúan en la misma época que Jeremías, que también profetizó sobre la próxima cautividad babilónica. Es posible que, como Jeremías, Habacuc viviera para ver la destrucción de Jerusalén.
Habacuc no sólo era profeta, sino también un hábil poeta. En el libro de Habacuc, el profeta muestra una gran destreza literaria al registrar un diálogo entre él y Dios, además de incluir un cántico en forma de salmo destinado a ser interpretado con instrumentos (Habacuc 3:19). Se desconoce si él mismo tocaba música, pero es una posibilidad.
A Habacuc le entristecía la injusticia y la violencia desenfrenadas que se producían a su alrededor, y le extrañaba que Dios las tolerara. En su interpelación a Dios, el profeta pregunta: "¿Por qué me haces ver iniquidad, y haces que vea molestia? Destrucción y violencia están delante de mí, y pleito y contienda se levantan" (Habacuc 1:3). Está claro que Habacuc no tenía miedo de hacer preguntas al Señor, lo que demuestra que el profeta tenía una fuerte relación con Él. Las preguntas de Habacuc sobre por qué Dios permitiría el sufrimiento y dejaría que la maldad quedara impune reciben respuesta; el Señor declara que traería el juicio sobre el pueblo a través de los babilonios (versículo 6).
La decisión de Dios de utilizar a Babilonia desconcertó aún más a Habacuc, quien volvió a preguntar a Dios: ¿cómo podía Dios utilizar a un grupo de personas tan violentas e idólatras para llevar a cabo un juicio justo (Habacuc 1:12-13, 16)? Dios respondió a Habacuc asegurándole el juicio al que se enfrentarían los propios babilonios más adelante (Habacuc 2:8, 16).
Habacuc acepta las respuestas de Dios y se muestra como un hombre de gran fe. A pesar del miedo, el sufrimiento y los problemas que tuvo que afrontar, Habacuc proclama: "Con todo yo me alegraré en el Señor, me regocijaré en el Dios de mi salvación" (Habacuc 3:18, NBLA). Al igual que Habacuc, podemos preguntar a Dios sobre los acontecimientos que suceden en nuestras vidas y, al igual que Habacuc, podemos concluir que: "El Señor Dios es mi fortaleza" (versículo 19).