Pregunta: ¿Cuándo y cómo los asirios conquistaron a Israel?
Respuesta:
La conquista del reino del norte de Israel por parte de Asiria comenzó aproximadamente en el año 740 a.C. bajo el rey Pul. Primera de Crónicas 5:26 dice: "por lo cual el Dios de Israel excitó el espíritu de Pul rey de los asirios, y el espíritu de Tiglat-pileser rey de los asirios, el cual transportó a los rubenitas y gaditas y a la media tribu de Manasés, y los llevó a Halah, a Habor, a Hara y al río Gozán, hasta hoy". Estas tribus, situadas al este del río Jordán, fueron las primeras que Asiria conquistó.
Casi 20 años más tarde, hacia el año 722 a.C., la capital, Samaria, fue tomada por los asirios bajo el mando de Salmanasar V. Tras forzar primero el pago de tributos, Salmanasar sitió posteriormente la ciudad cuando ésta se negó a pagar. Tras un asedio de tres años, 2 Reyes 17:6 dice: "En el año nueve de Oseas, el rey de Asiria tomó Samaria, y llevó a Israel cautivo a Asiria, y los puso en Halah, en Habor junto al río Gozán, y en las ciudades de los medos". Y en el año 701 a.C. los asirios marcharon hacia el sur, hacia Judá; sin embargo, no pudieron capturar Jerusalén gracias a la intervención del Señor (2 Crónicas 32:22).
Hacía tiempo que el Señor había advertido a Israel del juicio, remontándose hasta la severa advertencia de Moisés en Deuteronomio 28:62-65. Segunda de Reyes 17:13 (NBLA) dice: "El Señor amonestaba a Israel y a Judá por medio de todos Sus profetas y de todo vidente". Se habían hecho muchos intentos para que el pueblo volviera al Señor, incluidos los esfuerzos de Elías y Eliseo, dos de los más grandes profetas de la historia de Israel.
Segunda de Reyes 17:15-17 (NBLA) describe las muchas maneras en que Israel pecó contra el Señor, lo que condujo a Su juicio sobre la tierra: "Desecharon Sus estatutos y el pacto que Él había hecho con sus padres, y Sus advertencias con las cuales los había amonestado. Siguieron la vanidad y se hicieron vanos, y fueron en pos de las naciones que los rodeaban, respecto de las cuales el Señor les había ordenado que no hicieran como ellas. Y abandonaron todos los mandamientos del Señor su Dios, y se hicieron imágenes fundidas de dos becerros; hicieron una Asera, adoraron a todo el ejército de los cielos y sirvieron a Baal. Hicieron pasar por el fuego a sus hijos y a sus hijas. Practicaron la adivinación y los encantamientos, y se entregaron a hacer lo malo ante los ojos del Señor, provocándolo". Israel quebrantó la Ley, adoró a otros dioses -incluso quemando a sus hijos como ofrendas- y utilizó la adivinación como parte de su estilo de vida impío.
El versículo 18 (NBLA) indica: "Y el Señor se enojó en gran manera contra Israel y los quitó de su presencia. Solo quedó la tribu de Judá". Aunque quedó un remanente en el norte, la nación de Israel estaba bajo el dominio asirio, y decenas de miles fueron deportados y convertidos en siervos en Asiria.
Además, los asirios comenzaron a poblar Israel con gente de otras naciones que habían derrotado. El versículo 24 dice: "Y trajo el rey de Asiria gente de Babilonia, de Cuta, de Ava, de Hamat y de Sefarvaim, y los puso en las ciudades de Samaria, en lugar de los hijos de Israel; y poseyeron a Samaria, y habitaron en sus ciudades". A los descendientes de estos extranjeros y el remanente de Israel posteriormente se les llamó simplemente "samaritanos". Durante la época de Cristo, los samaritanos eran despreciados como un pueblo "impuro" debido a su ascendencia mixta y por rechazar la adoración en el templo.