Pregunta: ¿Qué significa que Jesús se hizo igual a Dios (Juan 5:18)?
Respuesta:
Jesús sana a un cojo el día de reposo en Juan 5, y eso hizo que los líderes judíos persiguieran a Jesús. "Y Jesús les respondió: Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo" (Juan 5:17). Esta afirmación provocó la ira de los líderes: "Por esto los judíos aún más procuraban matarle, porque no solo quebrantaba el día de reposo, sino que también decía que Dios era su propio Padre, haciéndose igual a Dios" (Juan 5:18).
La identidad de Jesús es fundamental para comprender la fe cristiana, y es un tema sobre el que el Evangelio de Juan arroja mucha luz. De hecho, es el primer tema que aborda Juan en su libro: "En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios" (Juan 1:1). Juan describe al Verbo (Jesús) como "con Dios"—distinto de Dios Padre en cierto modo—pero, al mismo tiempo, Jesús es Dios. Además, Jesús estaba "en el principio", lo que remite al lector a Génesis 1:1. Jesús siempre ha existido como una de las tres Personas de la Trinidad. Las palabras de Jesús en Juan 5 haciéndose igual a Dios fueron un simple reflejo de la realidad.
En Juan 5:18, los líderes religiosos judíos querían matar a Jesús porque afirmaba Su deidad e igualdad con Dios. Tenían razón en esta acusación (Juan 1:1-2; 5:17; 8:58). Los judíos comprendieron correctamente que, cuando Jesús dijo: "Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo" (Juan 5:17), se hizo igual a Dios. Habló de sí mismo como si estuviera al mismo nivel que Dios, y profesó una relación especial con Dios: decía "mi Padre", no "nuestro Padre". Los judíos consideraban a Jesús culpable de blasfemia de tres maneras: 1) Jesús llamaba a Dios Su "Padre", 2) trabajaba junto con Dios, y 3) afirmaba tener la misma autoridad que Dios para trabajar en el día de reposo. Es notable que Jesús no los corrigiera; aceptó la acusación de que se había atribuido la deidad.
No fue la única vez que Jesús afirmó Su deidad. En Juan 8:58 Jesús afirma haber existido antes que Abraham. Como Abraham vivió unos 2.000 años antes de que Jesús hiciera esa afirmación, la única forma de que la afirmación de Jesús pudiera ser cierta es que Él fuera Dios. No solo eso, sino que Jesús hace la afirmación identificándose como "Yo soy". Este es el nombre de Dios que se le dijo a Moisés en la zarza ardiente. Fue el nombre que Moisés le dio al pueblo hebreo cuando le preguntó quién lo había enviado a liberarlos de Egipto (Éxodo 3:14). Al decir que Él era el Yo Soy que existía antes de Abraham, Jesús claramente se estaba declarando Dios, y los judíos incrédulos reaccionaron así: "Tomaron entonces piedras para arrojárselas" (Juan 8:59).
Los líderes judíos en Juan 5 comenzaron con la falsa premisa de que Jesús no es Dios encarnado. Se negaban a pensar en ello, incluso después de ver el milagro que había realizado. Así que se ofendieron por Sus palabras y por el hecho de que había sanado en el día de reposo. Pero Jesús simplemente se presentó como es. Él es Dios. Los judíos acusaron a Jesús de hacerse igual a Dios, como si fuera un charlatán que trataba de colocarse en esa posición. No comprendieron la verdad de que Jesús, como Hijo de Dios, siempre ha sido Dios.
Hubo otros testigos de la deidad de Jesús. Juan el Bautista (Juan 5:33-35), las propias obras de Jesús (Juan 5:36), Dios Padre (Juan 5:37-38) y las Escrituras (Juan 5:39-47). La deidad de Jesús también está demostrada en Hebreos 1:1-3; Colosenses 1:15-17; Efesios 1:3-14; y Filipenses 2:1-11.
La deidad de Jesús es un aspecto central del Evangelio de Jesucristo. Jesús proporciona la justicia de Dios a quienes creen en Él (2 Corintios 5:21). Él puede hacer esto porque es Dios y, por lo tanto, tiene la justicia de Dios para otorgar. Jesús, Dios Hijo, se encarnó y caminó sin pecado entre Sus criaturas, fue injustamente asesinado por ellas y resucitó para que pudieran tener la justicia de Dios y la vida eterna. Estas son las buenas nuevas de Jesucristo.