Pregunta: ¿En qué consiste la oración sacerdotal de Jesús?
Respuesta:
Juan 17 contiene la oración más larga de Jesús registrada en cualquiera de los Evangelios. Jesús ora después de terminar Sus últimas instrucciones a los discípulos y antes de ser traicionado, arrestado y crucificado. En primer lugar, Jesús ora por sí mismo, luego ora por sus discípulos y concluye la oración orando por todos los creyentes. Esta oración de intercesión se conoce comúnmente como la oración sacerdotal de Jesús.
El cargo de sumo sacerdote se instituyó en el monte Sinaí, cuando Dios entregó la Ley a los israelitas por medio de Moisés. Aarón y, posteriormente, sus descendientes fueron elegidos para ser sacerdotes encargados de interceder por Israel ante Dios (Éxodo 28 - 29). Se eligió a un sacerdote como sumo sacerdote que entraría en el Lugar Santísimo el Día de la Expiación para ofrecer el sacrificio que cubriría temporalmente los pecados del pueblo (Hebreos 9:7). Cuando Jesús vino, ofreció Su vida como el sacrificio supremo que no solo cubriría los pecados del pueblo, sino que limpiaría completamente a Su pueblo y lo salvaría. Jesús es el Sumo Sacerdote definitivo, y Su intercesión por nosotros en Juan 17 es un maravilloso ejemplo de Su amor.
Cuando Jesús comienza Su Oración Sacerdotal, revela que Su propósito al venir a la tierra era glorificar al Padre dando vida eterna a los que creen en Él. Aunque Jesús es Dios y estaba con el Padre antes de que comenzara el mundo (Juan 17:5), se humilló y vino a la tierra como hombre para que la gente conociera "único Dios verdadero, y a Jesucristo", a quien Él envió (Juan 17:3). Ahora, había llegado la hora en que la obra de Jesús en la tierra estaría terminada (Juan 17:1), y Jesús le pide al Padre que lo glorifique mientras se prepara para terminar la obra que "daría vida eterna" a los que creen en Él (Juan 17:2).
Jesús continúa su Oración Sacerdotal orando por Sus discípulos. Los once que se quedaron con Él habían aceptado las palabras de Jesús, sabían que Él es Dios y creían que el Padre le había enviado (Juan 17:8). Jesús habla de que el Padre le entrega a los discípulos y los discípulos pertenecen al Padre; Jesús y el Padre tienen todo en común (Juan 17:6, 9-10). Jesús menciona que la gloria le ha llegado a través de los discípulos (Juan 17:10). Jesús ora para que el Padre proteja a los discípulos, puesto que Él ya no estará presente en el mundo. No ora para que sean alejados del mundo, sino específicamente para que sean protegidos del maligno (Juan 17:15) por el poder del nombre de Jesús (Juan 17:11). Jesús dice que el mundo odia a los discípulos porque no son del mundo, al igual que Jesús no es del mundo (Juan 17:14, 16). Pero Jesús ha dado a Sus seguidores la Palabra y los ha enviado al mundo, igual que el Padre envió a Jesús (Juan 17:18). Jesús ora para que Sus discípulos sean santificados por la verdad, que es la Palabra de Dios (Juan 17:17) y para que estén unidos (Juan 17:11).
Después de orar por Sus discípulos, Jesús también ora por todos los que creerán en Él a través de su mensaje (Juan 17:21). El deseo de Jesús, expresado en Su Oración Sacerdotal, es que todos Sus seguidores estén en completa unidad, así como Él y el Padre están en perfecta unidad (Juan 17:21). Jesús ruega que los creyentes estén en Dios para que el mundo crea en Jesús (Juan 17:21). Cuando los creyentes estén unidos y permanezcan en Dios, el mundo sabrá que Dios los ama y que envió a Jesús por ellos (Juan 17:23). Jesús ama al mundo, y Su sacrificio que trae la vida eterna es para cualquiera que crea (Juan 3:16-17). Jesús dice que ha dado a los creyentes Su gloria para que sean uno como Él es uno con el Padre (Juan 17:22). Jesús también ruega que todos los que crean en Él estén con Él y vean Su gloria (Juan 17:24). Jesús afirma que, mientras que el mundo no conoce al Padre, Él sí, y ha dado a conocer al Padre a Sus discípulos. Jesús seguirá revelando a Dios a Sus seguidores para que el amor de Dios esté en Sus discípulos y que Jesús mismo esté en ellos (Juan 17:25-26).
Jesús dice que hizo la Oración Sacerdotal porque pronto iría al Padre y quería que Sus discípulos tuvieran Su "gozo cumplido en sí mismos" (Juan 17:13).
Como nuestro Gran Sumo Sacerdote, Jesús sigue intercediendo por nosotros (Hebreos 7:25), y Su Oración Sacerdotal es un ejemplo de cómo es Su intercesión. Jesús "puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios" (Hebreos 7:25). Su Oración Sacerdotal, con sus temas de unidad, morada, gloria y entrega, muestra el profundo alcance de esa salvación.