Respuesta:
Juana fue una de las varias mujeres en la Biblia sanadas de "espíritus malos y de enfermedades" por Jesucristo (Lucas 8:2). Después de ser sanada, Juana acompañó a Jesús y a los doce discípulos en sus viajes de ciudad en ciudad y ayudó a apoyar el ministerio del Señor. Como esposa de Chuza, el intendente de Herodes Antipas, Juana era una mujer con medios e influencia. Junto con María Magdalena, Susana y otras, Juana ayudó a proporcionar alimentos y suministros para el equipo misionero de su propia riqueza (Lucas 8:1–3).
No sabemos si Juana había sido liberada de un demonio o sanada de alguna discapacidad mental o física. Pero sí sabemos que Juana permaneció completamente dedicada a Jesús hasta el final. Viajó con Él en Su último viaje desde Galilea hasta Jerusalén. Estuvo presente en la crucifixión y la sepultura de Jesús. Más adelante, Juana regresó con otras mujeres que habían preparado especias y ungüentos de entierro para ungir el cuerpo de Jesús (Lucas 23:55–56). Al descubrir la tumba vacía, Juana y las demás corrieron a comunicar la noticia a los apóstoles (Lucas 24:10).
Juana solo se menciona en la Biblia en el Evangelio de Lucas. El Herodes del que era intendente el esposo de Juana era el tetrarca de Galilea, por lo que Juana debió de vivir en Tiberias, la capital de Galilea. Los estudiosos creen que Juana pudo haber sido una fuente clave de mucha de la información detallada que Lucas incluyó en sus escritos sobre la vida de Jesús.
Al recibir a mujeres como Juana en su círculo íntimo, Jesús rompió con la tradición judía y las estrictas divisiones sociales de su época. Y Juana, sin duda, renunció a su posición social aristocrática cuando decidió seguir a Jesús y asociarse con Sus discípulos. Después de su conversión, Juana viajó con Jesús, le sirvió, aprendió de Él y apoyó financieramente Su ministerio. En el judaísmo del primer siglo, tal conducta se consideraba escandalosa para las mujeres, y especialmente para una mujer casada. La vida de Juana es un ejemplo de cómo el evangelio destruye las barreras de clase y los prejuicios sociales. El hecho de que fuera la esposa de un hombre al servicio de Herodes es irónico, teniendo en cuenta el odio generalizado de los herodianos hacia Jesús.
Aunque se ha escrito poco sobre Juana en la Biblia, podemos deducir de solo unas pocas líneas que el Señor era precioso para ella. Tuvo el privilegio de ser una de las primeras personas en compartir las buenas nuevas de la resurrección de Cristo. Juana fue una seguidora leal y generosa de Cristo. Ella demuestra que el reino de los cielos es accesible para todos los que están dispuestos a entregar sus vidas en humilde servicio a Jesús y a los demás.