Pregunta: ¿Quiénes eran los judíos helenistas en la Biblia?
Respuesta:
Los judíos helenistas se mencionan por primera vez en la Biblia en Hechos 6:1 − NBLA: "Por aquellos días, al multiplicarse el número de los discípulos, surgió una queja de parte de los judíos helenistas en contra de los judíos nativos, porque sus viudas eran desatendidas en la distribución diaria de los alimentos". Los judíos creyentes se dividen aquí en dos grupos. Estaban los que se habían quedado en Judea, cerca de Jerusalén, que usaban el idioma hebreo, y que apropiadamente se llamaban "hebreos". El otro grupo consistía en aquellos que estaban dispersos entre los gentiles, que hablaban el idioma griego y que usaban la traducción griega del Antiguo Testamento, llamada la Septuaginta. Estos eran llamados "helenistas", proviene de una palabra que significa "griego" o "hablante de griego". "Helenizar" es adoptar la cultura e ideas griegas.
Surgieron divisiones entre los judíos helenistas y los judíos hebreos. Los judíos palestinos o hebreos se enorgullecían del hecho de que siempre habían vivido en la tierra de los patriarcas y que hablaban el idioma de sus padres. Estaban cerca del templo y adoraban allí regularmente. Por otro lado, los judíos helenistas de otras partes del mundo estaban celosos del primer grupo y se sentían como extraños. Lamentablemente, la discordia entre los dos grupos no se resolvió automáticamente al convertirse al cristianismo, como demuestran las quejas sobre la distribución de alimentos a las viudas de los dos grupos. Sin embargo, en un maravilloso ejemplo de sabiduría piadosa y unidad cristiana, la iglesia primitiva resolvió la disputa, y se creó el oficio de diácono (Hechos 6:2-6).
Después de Hechos 6, los helenistas aparecen de nuevo en Hechos 9:29 − NBLA, cuando Pablo "hablaba y discutía con los judíos helenistas; pero estos intentaban matarlo" en Jerusalén. Entre los judíos que hablaban griego, al igual que entre los judíos hebreos, había quienes rechazaban a Jesús como el Cristo y se resistían a la predicación del evangelio, incluso hasta el punto de querer matar a los misioneros cristianos.
